
Erótica del poder
Ábalos en Marbella: el chalet en la parcela de un burdel cuyo dueño fue tiroteado
Una muerte con un kalashnikov, cámaras ocultas recogidas en el sumario de Malaya y el escándalo del presidente de club inglés. Esta es la intrahistoria de la lujosa villa que el exdiputado eligió para pandemia

No lo dudó. «Esta es la mansión que me gusta». Así le dijo el ministro Ábalos a Koldo, el día que le mostró el lúdico palacete en la Milla de Oro de Marbella, donde el político decidió que pasaría unos días de asueto tras desconfinarse por la covid. Lo que no supo nunca el ex ministro es que uno de los dueños de la parcela, elegida para desestresarse, había sido abatido a balazos por los oscuros negocios que se hacían en ese lugar. David Abidriss, antiguo socio del local de alterne más célebre de Marbella, Milady Palace, falleció acribillado a balazos en la puerta de su casa. Un hombre apostado en una esquina le encañonó con un subfusil Kalashnikov y acabó con su vida.
Ríos de tinta están corriendo estos días respecto a la casualidad de que la villa de Ábalos y el prostíbulo de lujo estuvieran en la misma parcela, sin más líneas de delimitación que las de un frondoso vergel de plantas, árboles y muchas macetas, según ha comprobado LA RAZÓN en este lugar. Notarialmente, la separación entre el club y la vivienda no existe. Ambos están integrados en una única parcela ubicada en la Urbanización Villa Parra Palomeras, donde también está Villa Oasis. Una parcela inmensa que da a cuatro calles, y que ahora se ha puesto de moda por la construcción de villas de lujo por parte de promotoras suecas. Internacionalmente, el célebre club siempre fue un lugar codiciado por los paparazzis, que más de una fotografía suculenta han hecho saliendo de sus instalaciones a personajes vips. En su día, este club tuvo el beneplácito de Jesús Gil: un chalé muy exclusivo con un gran salón, un piano bar, con camareros con pajarita, de los de toda la vida; piscina, jardín, y las habitaciones «charman».
Caso Malaya
En estas instalaciones, se grabó alguna conversación que otra, que luego fueron parte de la investigación del caso Malaya, así como el escándalo británico, que salió a la palestra internacionalmente porque grabaron con una cámara oculta al presidente de un equipo inglés que presumía de haber gastado fondos del club en asuntos personales. El Milady Palace, situado seto por medio de la casa que tuvo Ábalos, es ese tipo de negocios, según informa a este medio fuentes policiales, «con prostitución de lujo de calidad, pero también con un lado oscuro de chanchullos como contactos para conseguir hachís y chollos inmobiliarios relacionados con deudas económicas». La muerte de uno de sus socios hace años fue orquestado. El hecho de que se utilizara un arma de guerra indica que quien le mató tenía contactos en el mundo delictivo. Un conocido empresario de la ciudad significa a este medio que «tal vez si Ábalos hubiese sabido la intrahistoria del lugar nunca hubiera venido».

Se da el caso que en la época que estuvo Ábalos, el club de alterne no estaba abierto al público por las medidas de la pandemia. En el interior del recinto viven las profesionales que trabajan en el lugar. Ábalos se encargó de que su mano derecha Koldo García inspeccionara la zona y le dio como consiga que localizara «un palacete de esos que él está acostumbrado a ver en las series de Marbella». Pero la pregunta que se hace todo el mundo es ¿por qué el ministro, el político, elige una mansión que forma parte registralmente del prostíbulo de lujo anexo? Según los agentes que instruyen la investigación del caso no fue una elección casual la de este palacete. «Optamos por la primera», respondió el exministro al recibir varias opciones, según los mensajes que revisaron los investigadores.

Pack: mansión con prostíbulo
En esa época ya sonaban campanas de crisis entre su última esposa Carolina Perles Miñana, y la mansión al lado del club nocturno le pareció una opción ideal. El alquiler de la vivienda según la UCO fue abonado por Air Europa que pagó la estancia marbellí. La compañía asumió el coste del alquiler entre el 12 y el 23 de agosto de 2020. El total ascendió a 9.800 euros, según la investigación. «Esto sale gratis por las molestias generadas», le escribió Koldo García al exministro. Las «molestias» a las que se refería tenían relación con una nota de prensa que publicó el Gobierno. En ella se hablaba del compromiso de rescatar a Air Europa a través del fondo de apoyo a empresas estratégicas, gestionado por la SEPI. La Guardia Civil establece una conexión directa. Cada vez hay menos dudas.
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