Opinión

El diario de Amilibia: Yo más bien la veo de monja soldado

"Tras la inyección de fe vaticana, superior a cualquier botox, además de batallar como una Juana de Arco por la reducción de la jornada laboral, cuentan las lenguas viperinas que parece dispuesta a revisitar «El Capital» de Karl Marx a la luz de la milicia ignaciana o la mística teresiana"

Yolanda Diaz durante la segunda jornada del pleno de investidura en el Congreso de los Diputados.
Yolanda Diaz durante la segunda jornada del pleno de investidura en el Congreso de los Diputados.Alberto R. Roldán La Razón

Dicen los separatas de Junts que en la Moncloa huele a muerto, como diciendo que Él está fundido, quemado, para el arrastre y a su merced. Si fuera cierto que está fiambre, Él no lo sabe, y hay mucha gente que se niega a verlo exánime: es demasiado guapo para el papel de zombi. Eso lo reconoce hasta la fachosfera y no creo que ni Page lo niegue. Pero, por si acaso, la Yoli se fue a ver al Papa Francisco por segunda vez de riguroso luto, no se sabe muy bien si como ensayo de hipotéticos funerales en la Moncloa o por considerarse casi viuda después de la separación. Este Papa argentino, amante del tango, es animoso con los afligidos, y al verla «fané y descangayada» la recibió con un «¿sigue tan peleadora como siempre?».

Ella se vino arriba, y ahora, tras la inyección de fe vaticana, superior a cualquier botox, además de batallar como una Juana de Arco por la reducción de la jornada laboral, cuentan las lenguas viperinas que parece dispuesta a revisitar «El Capital» de Karl Marx a la luz de la milicia ignaciana o la mística teresiana, a elegir, y también a reducirle el IVA a las peluquerías para asegurarse el voto de las rubias teñidas en Galicia.

La vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se reúne, en audiencia privada, con el papa Francisco
La vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se reúne, en audiencia privada, con el papa FranciscoVatican MediaEuropa Press

Eso sí: una tercera visita al Papa y es posible que renuncie a este capitalista mundo para meterse a monja. Aunque sustituir a su consejero espiritual Enrique Santiago por la obediencia al Santo Padre no es un gran salto, yo no apostaría por un cambio de hábitos. En todo caso, más bien la veo de monja soldado.

Dicen que ella no ha olvidado nunca la profecía de Pablo Iglesias: «Será la próxima presidenta de España». Y añaden que aún guarda un mechón de aquella coleta en su relicario.