Londres
¿Qué fue de Scarlett O'Hara?
"A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre". La frase, uno de los iconos pop del siglo que ya se fue, pertenece a un personaje, Escarlata O' Hara, y a una película que siempre pertenecerá al imaginario colectivo, "Lo que el viento se llevó". Sin embargo, poco se sabe de la vida de Vivien Leigh, la actriz que le dio vida, elegida entre más de mil aspirantes y, posteriormente, una de las grandes damas de la escena británica. Coincidiendo con su centenario este próximo martes, el periodista Jose Madrid publica "Vivien Leigh. La Tragedia de Scarlett O' Hara", la primera biografía en español de uno de los grandes iconos del siglo XX. El libro, además, deja ver la especial significación que tuvo España para la actriz británica.
En las navidades de 1957, por ejemplo, su matrimonio con Laurence Olivier, otro de los baluartes fundamentales del teatro británico, se había convertido en un infierno. Las crisis maníaco depresivas de ella eran más acusadas que nunca y Olivier ya no podía más. Uno de los intentos de salvar aquella unión que había nacido en mitad del escándalo, cuando ambos se conocieron estando casados y se convirtieron en amantes, llevó a la pareja de actores a España. Concretamente a Andalucía, donde hicieron un viaje que les acabó revelando la posguerra española. Pueblos donde no existía el agua caliente o periodistas ávidos de conocer su vida privada fue lo que se encontraron a su paso. El matrimonio acabaría igualmente roto, con o sin aquel soleado Torremolinos que visitaron.
Precisamente fue ese viaje el que leyó en la Prensa una adolescente catalana que había visto varias veces "Lo que el viento se llevó". Cuando escribió una carta al hotel donde la pareja se había alojado, era demasiado tarde. Ya se habían ido. Sin embargo, su persistencia hizo que consiguiese la dirección de la actriz en Londres y acabó escribiéndole. En una época en la que era tan difícil mantener correspondencia con una estrella, y más aún desde una España gris que vivía los sinsabores del franquismo, Elvira se convirtió en una amiga de Leigh en la distancia, hasta tal punto que llegó a recibirla en su domicilio en dos ocasiones y la consideró su admiradora favorita.
Elvira también estuvo presente en una misa organizada por la familia de la actriz una vez que murió, con 53 años y teniendo mucho más que ver con la neurótica Blanche DuBois de "Un tranvía llamado deseo"que con la Escarlata O' Hara vitalista y ambiciosa que todavía hoy sigue fascinando a los espectadores. Una desgraciada vida, llena de visitas al hospital, crisis nerviosas y consultas al psiquatra que acabó reflejándose en muchas de sus interpretaciones y que ahora recoge un libro fundamental para entender mejor a una de las mejores actrices de su tiempo, a la que costó que la valorasen en su justa medida debido a una belleza que no siempre fue una ventaja. Una vida apasionada que acabó pasándole factura a aquella mujer de ojos claros y personalidad de gata que nunca quiso que nadie le dijese cómo debía vivir.
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