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Nadal y Mery, boda de "grand slam"

La pareja se casó ayer en la localidad de Pollença, al norte de la isla de Mallorca, tras 14 años de relación y en una celebración blindada a la que asistieron como testigos de excepción Don Juan Carlos y Doña Sofía.

Sa Fortalesa, situada en la Punta Avançada, una pequeña península sobre la bahía de Pollença, inaccesible sin permiso. EFE/ Cati Cladera
Sa Fortalesa, situada en la Punta Avançada, una pequeña península sobre la bahía de Pollença, inaccesible sin permiso. EFE/ Cati Claderalarazon

La pareja se casó ayer en la localidad de Pollença, al norte de la isla de Mallorca, tras 14 años de relación y en una celebración blindada a la que asistieron como testigos de excepción Don Juan Carlos y Doña Sofía.

Fue en 2005 cuando Rafa Nadal comenzó el verdadero campeonato de su vida: el de compartirla con Mery Perelló. Y no por complejidad, sino por la energía y entusiasmo que conlleva el compromiso cuando realmente lo deseas. Entonces él tenía 19 años y ella 17 y gracias a Maribel, hermana del tenista, se conocieron, pues ella estudiaba en el colegio Pureza de María, en Manacor, con la que algunos conocían como Xisca. Desde entonces, la pareja ha sido inseparable. Si algo les ha caracterizado estos 14 años ha sido su complicidad: las pocas veces que se han mostrado públicamente han reflejado una relación tan sana como estable. Y es que Perelló y Nadal siempre han hecho gala de discreción. Se quieren, lo saben y así lo muestran, pero pocas veces se han acercado a los focos para presumir de ello.

De igual manera lo reflejaron ayer durante el día de su boda: se casaron a las 12:30 en Sa Fortaleça, un castillo del siglo XVII ubicado en la bahía de Pollença, al norte de Mallorca. Todo ocurrió y se quedó entre los muros de aquel lugar que fue testigo, según se supo desde las afueras, de una celebración con más de 350 invitados. Nada que ver con el enlace entre Sergio Ramos y Pilar Rubio el pasado junio, en el que optaron por la Catedral de Sevilla y no dudaron en salir y saludar a los curiosos y periodistas. «Nos gustaría que disfrutárais de nuestra boda y que fuera en la más estricta intimidad. Cuando lleguéis encontraréis un casillero para que dejéis los móviles. Muchas gracias: María Francisca y Rafael», escribieron los novios en la nota que repartieron a los asistentes. De esta manera, poco se supo más que la llegada de los invitados, algunos en un autobús contratado y otros en coche, debido a la privacidad en la que tanto empeño pusieron.

Perelló, vestida con un modelo sencillo uy elegante de Rosa Clará –para el convite se cambió lució otro conjunto de la misma firma– y Nadal –llevó traje del diseñador italiano Brunello Cucinelli– se dieron el «sí, quiero» definitivo para afianzar toda una vida juntos. Si bien ya llevan 14 años, ese tiempo solo ha sido el calentamiento para un partido del que ayer se jugó el primer set. Y con un público expectante y muy completo.

Compañeros de pista

Entre los invitados más esperados llegaron, alrededor de las 11:30, los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, que no podían faltar a la cita dada la estrecha relación y sintonía que siempre han mostrado con el tenista, tanto con respecto a su carrera profesional como a su persona. Asimismo, asistieron numerosos compañeros de pista de Nadal: Feliciano López lo hizo junto a su novia, la modelo Sandra Gago. Además, fueron testigos del enlace David Ferrer –acompañado de su mujer, Marta Tornel–, Carlos Moyá con Carolina Cerezuel, Marc López, el ex jugador y capitán del equipo español de Copa Davis Albert Costa y Juan «Pico» Monaco, entre otros. Una de las faltas a la cita fue la de Roger Federer, amigo y rival en la pista del novio, que no pudo asistir por estar en el US Open.

Siguiendo con la discreción de la pareja –podríamos decir– del año, pocos detalles han trascendido del enlace. De lo que apenas cabe duda es de que, tras dar el «sí, quiero» en el altar, el matrimonio y los invitados lo celebraron por todo lo alto durante todo el día. La chef Maca de Castro, una cocinera célebre no solo en Mallorca, sino en el país en general, se encargó de elaborar el banquete con la ayuda de Andrés Moreno, chef del restaurante de cocina mediterránea que pertenece a la familia del novio (Sa Punta). Después de comer: a bailar. Entre una decoración que la pareja confió a la empresa catalana Sophie Kors y a la firma mallorquina Enesencia, los invitados bailaron hasta conseguir que el día se convirtiera en inolvidable. Además, los invitados fueron de los más variado, y así se pudo ver a Richard Mille, creador del reloj que siempre viste Nadal, el empresario y amigo íntimo de Don Juan Carlos, Manuel Piñera Gil-Delgado, el patrono de la Fundación Rafael Nadal –de la que Xisca es directora–, Francisco de Bergia, así como el abogado Fernando Martos. Todos ellos en un día íntimo, de celebración, con el sol asomando entre las nubes y el paisaje de un castillo que acogió a la sonrisa de los recién casados. Es decir, Nadal dejó la raqueta, así como Perelló sus responsabilidades, para vivir su gran día que, sin duda, fue una boda de campeonato.