Jesús María Amilibia
Víctor del Árbol: «Caín y Abel siguen en nuestro ADN»
Profesión: escritor.. Nació: en 1968, en Barcelona.. Por qué está aquí: por su novela «Respirar por la herida» (Alrevés).
–«Respirar por la herida». ¿Por qué herida respira usted?
–Por la que no he podido cerrar. Pero no estoy muy herido.
–Ahora, ¿por qué herida respira España?
–Por la de la decepción y la perplejidad. Éramos niños en el paraíso y nos han hecho adultos de golpe.
–¿Por qué herida respiran los corruptos?
–Por la del dinero y la impunidad. Viven por encima del bien y del mal.
–Escribe: «El ser humano no sabe nada de sí mismo».
–Queremos saber, pero no sabemos nada de nada. Hasta las pocas certezas que tenemos son papel mojado.
–¿Qué herida no se nos acaba de cerrar?
–La del franquismo. Caín y Abel siguen en nuestro ADN.
–Fue seminarista. ¿Habría llegado a cardenal?
–No, como mucho, a misionero.
–Francia eligió su anterior obra, «La tristeza del samurái», la mejor novela negra de 2012. ¿Este país es ahora una novela negra?
–Es una novela policiaca de las malas: la trama es muy previsible y los malos, muy evidentes.
–«La vida es injusta, como un tahúr», escribe. Nadie nos ha dicho que fuera justa...
–Quiero decir que siempre tiene un as en la manga. La vida te deja ganar un poco y luego te lo quita todo.
–Ahora triunfa. ¿Está preparado para ser Víctor del Árbol Caído?
–No me elevo, luego no puedo caer. No me creo los halagos.
–La pregunta de su novela: ¿qué haría si tuviera una familia feliz y alguien se la arrebatara?
–Yo no he encontrado la respuesta. Me imagino que otros sí.
–A las mujeres les ha dado por la novela erótica...
–Es un producto de marketing que funciona bien. Es la moda.
–Ya. ¿Y usted podría escribir «porno para mamás»?
–Sería incapaz. Me saldría la vena dura.
–«Hay artilugios mecánicos que aumentan la excitación en las mujeres; por ejemplo, el Mercedes descapotable» (P. J. O'Rourke)
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