Mundial 2014

El fútbol es de España

La imagen de Álvaro Morata con un vendaje en la cabeza, desde los primeros minutos del encuentro, sugería un partido diferente. Un encuentro peleado, físico, en el que los españoles poco tenían que ganar.

Los jugadores españoles celebran el gol de Juanmi, el tercero de España contra Irlanda
Los jugadores españoles celebran el gol de Juanmi, el tercero de España contra Irlandalarazon

Pero el vendaje era sólo un accidente, una herida de guerra en un momento en que el máximo goleador del torneo tuvo que soportar una avalancha de jugadores irlandeses sobre su cuerpo. Porque España nunca sufrió. La pelota fue suya y a partir del juego de Sarabia y el regate de Deulofeu construyó una victoria contundente, indiscutible, que demuestra que la superioridad española en el fútbol mundial se hace más evidente cuanto más jóvenes son los futbolistas. Es una cuestión de concepto, de aprender a jugar desde pequeñitos para poder ganar de mayores. Así pueden surgir futbolistas como Sarabia, que tienen todo el partido en su pierna izquierda. Desde el medio, donde tiene más protagonismo que en la banda, el capitán se convierte en el centro del equipo español. El jugador que alimenta las carreras de Juanmi y de Deulofeu por las bandas y los remates de Morata en el área.

No asustaron los centrales irlandeses al delantero español, el máximo goleador español, pero su trabajo ayer tardó en encontrar el premio del gol. Suyos fueron los dos últimos, con el partido resuelto e Irlanda intentando encontrar un gol. Uno solo, que hiciera menos dura la derrota. El primero, en un contraataque. El segundo, de penalti. Tampoco había prisa, porque en la selección que entrena Ginés Meléndez todos juegan y todos son capaces de marcar. Hay recursos. Lo intentó Sergi Gómez en una falta lejana que atravesó la barrera para ir a estrellarse contra el poste. Probó Sarabia también. Pero fue Deulofeu, el jugador más espectacular del equipo español, el primero en marcar. Arrancó desde la banda izquierda y clavó la pelota en la escuadra contraria. Lo más complicado estaba hecho. Después, España sólo tenía que disfrutar. Sarabia marcó el segundo desde fuera del área y Juanmi, el tercero, después de una gran jugada de Deulofeu. Con la satisfacción del deber cumplido, el capitán se retiró a descansar.