Argentina
Argentina revive el mito de Evita
El féretro del ex presidente recorre un Buenos Aires abarrotado camino de su sepultura en Río Gallegos. La presidenta se enfrenta al poder en solitario
BUENOS AIRES- Néstor Kirchner ya descansa en paz. Nadie espera que su cuerpo no sea profanado, descuartizado y robado, como ya ocurrió en los casos de Juan Domingo y Evita Perón. Pero, aunque soplan otros vientos en Argentina, el drama persigue a los distintos líderes peronistas. Ahora queda Cristina Kirchner, una nueva «Evita» sola ante el poder. Una aventura de final incierto que, sin la presencia de su marido, carece del sentido inicial.
Y es que no hay que olvidar que fue gracias a la tozudez de Néstor que la ex senadora acabara sucediéndole en el cargo. Una fórmula basada en la alternancia matrimonial que habría funcionado muy bien de no ser por el fallecimiento del secretario de Unasur. Desde el lunes, cuando vuelva al ruedo político, la mandataria tendrá que mantener a raya a los lobos que acechan dentro de su propio partido, el Justicialista.
«En estos momentos la mayoría siente un gran tristeza por ella. Nadie se atreverá a atacarla por un tiempo», aclara a este diario el politólogo de la Universidad de Buenos Aires, Jorge Repeto. Sin embargo, Eduardo Duhalde, otro de los barones peronistas, no quiso aclarar si ve oportuna la posible candidatura de Cristina en el 2011. En cuanto a la figura de Kirchner, aseguró a LA RAZÓN: «Prefiero recordarlo como una persona peleadora». Está claro que el peronismo afila sus cuchillos y prepara su estrategia.
Fervor en las calles
Ayer, cuando finalizó el velatorio, los restos del ex mandatario fueron trasladados hacia el aeropuerto metropolitano en un cortejo que recorrió las principales arterias de Buenos Aires. Arropado por miles de argentinos, el féretro llegaba hasta el aeropuerto nacional para partir hacia Río Gallegos, donde fue sepultado en el panteón familiar del cementerio municipal. Por expreso pedido de la familia Kirchner, en éste sólo ingresaron amigos íntimos, familiares y un pequeño grupo de representantes extranjeros. La comitiva española estuvo compuesta por la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, y el ex presidente Felipe González, amigo personal del matrimonio K. Seguramente, González recuerde con cariño las largas veladas compartidas con Kirchner en los Olivos. Allí siempre era agasajado con un buen asadito, regado con vinos argentinos. Veladas interminables donde se debatía acaloradamente sobre socialismo y peronismo.
Las otras «cristinas»
- EVA DUARTE: Desde el principio acompañó a Juan Perón con clara vocación política. En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino. Los sindicatos la propusieron como vicepresidenta, pero su enfermedad le impidió aceptar, aunque aquel episodio dejó ya una lucha interna abierta en el seno del peronismo.
- ESTELA MARTÍNEZ: La tercera esposa de Perón fue vicepresidenta hasta la muerte de éste, tras la cual asumió la Presidencia durante dos años, hasta el golpe de Estado de 1976. Fue la primera mujer al mando en Argentina. Antes de morir, Perón le aconsejó acercarse al líder de la oposición, consejo que decidió no seguir.
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