Historia

Castilla y León

OPINIÓN: Sanidad que no capricho

La Razón
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Qué aprecia usted más, su cuerpo o su salud. La pregunta, que tiene miga, la lanzaba hace casi tres mil años el sabio Lao Tsé, y sigue igual de vigente que entonces. Sí, porque en ocasiones no valoramos la importancia de poder vivir dignamente, con salud y con la vista puesta en el futuro, como casi todos logramos hoy en día. Nuestra Sanidad era inimaginable hace apenas un siglo, cuando aún no había estallado la Gran Guerra que debastó vidas y territorios, pero que, como contrapartida, dirimiría grandes hitos en la Medicina. Eso ha tenido su repercusión. Ha permitido que usted y yo vivamos más, y no suframos el peor de los destinos por una simple bacteria, por ejemplo. Aunque, en ese avance continuo que debe lograr toda civilización, a veces se dan retrocesos o vicios. La Sanidad, cabe recordar que no es un capricho. Es una necesidad. El acudir al médico, a una extracción de sangre o a por la más simple de las recetas no tiene sentido si no existe algo que nos lleve a ello.Pero hay que tener cabeza y mesura para no sobrecargar el sistema. Ahora bien, aprovechar ciertos «ticks» para rentabilizar servicios parece insano, que dirían los ingleses. Pagar dos euros en un párking por ir una hora al médico es una barbaridad, lo diga quien lo diga. Y no les cuento si son varias las horas de «disfrute» en el centro sanitario. ¡No tiene pase! Hay otras formas de rentabilizar instalaciones, y, si no, pues que se asuma el copago, como se ha hecho en buena parte de países de nuestro entorno. Así, quienes abusan, dejarán de hacerlo. Medirán sus pasos y dolencias. Y, si el servicio sanitario es imprescindible pues se paga entre todos, como hasta ahora. Pero los vicios, si'l vous plaît, para los viciosos.