Fantasmas reciclados

Dirección: Neil Murphy. Guión: Stephen Volk y Neil Murphy. Intérpretes: Rebecca Hall, Dominic West, Imelda Staunton, Isaac Hempstead. Gran Bretaña, 2011. Duración: 107 minutos. Terror.
Sabemos que el alud de muertes provocado por la Primera Guerra Mundial y la gripe despertó un interés hiperbólico por los fantasmas. «La maldición de Rookford» nos lo cuenta antes de empezar la crónica del enésimo enfrentamiento entre intuición y razón, o entre el mundo de lo invisible y el de lo empírico, que ha inspirado tantas obras maestras del cine fantástico y que seguirá siendo carne de pantalla. ¿Qué hay de ese contexto histórico que se repita en la contemporaneidad para justificar el interés del cine actual en la vida después de la muerte? ¿Es el fantasma una figura retórica, una metáfora de cómo nos sentimos ahora que el mundo se desmorona y se cae hecho pedazos? A la ópera prima de Neil Murphy le importa bien poco responder a esta pregunta, preocupada como está por reciclar las ideas de «Otra vuelta de tuerca», de Henry James, ya recicladas, a su vez, en «Los otros» y «El orfanato», aportando un nuevo menú de trampas y agujeros de guión para explicar lo que resulta completamente inexplicable, esto es: la conversión de una escéptica en creyente en lo sobrenatural a partir de la resurrección y vuelta al primer plano de un trauma. Excepto por un cuidadísimo trabajo que hay que destacar en el departamento de fotografía, la película demuestra en todo momento carecer de sentido del ridículo.