París
La viuda de Arafat: «Mi deber de madre y de esposa es descubrir la verdad»
Suha Arafat, viuda del histórico líder palestino Yaser Arafat, explicó hoy en una entrevista a "Le Figaro"que la denuncia interpuesta este martes por el presunto asesinato de su marido obedece a su deber "de madre y de esposa"de descubrir la verdad, más allá de todo contexto político.
Aunque en un primer momento se negó a creer la hipótesis de que Arafat pudo ser envenenado porque "afirmarlo sin pruebas era peligroso", Suha explica que acudió a la Justicia empujada por los comentarios de que no podía dejar su fallecimiento "rodeado de tantas sombras".
La denuncia de Suha y de su hija menor, Zahwa, presentada ante el Tribunal de Gran Instancia de Nanterre, no acusa a nadie en particular ya que utiliza la formula de demanda "contra X"para referirse al autor del presunto asesinato.
El líder palestino falleció en noviembre de 2004 en el hospital militar de Clamart, a las afueras de París, y según un reportaje del canal catarí "Al Yazira"difundido el pasado julio, pudo haberse debido a un envenenamiento con polonio 210, una sustancia altamente radiactiva encontrada en sus objetos personales.
Esa investigación, según su viuda, fue "clave"a la hora de buscar la verdad y de reclamar nuevas pruebas y que se desclasifiquen los informes médicos.
En un primer momento no solicitó una autopsia porque confiaba en que los médicos franceses le iban a decir "toda la verdad"y asegura que el cuerpo fue repatriado inmediatamente a Ramala porque no quería sumar una nueva polémica a las que ya empezaban a surgir.
"Me dijeron que no se sabía de qué había muerto", indica en la entrevista con "Le Figaro", en la que considera sorprendente "que un país soberano como Francia ignore la causa del deceso de un jefe de Estado atendido en uno de sus hospitales".
Con el objetivo de esclarecer los hechos, dice que escribió a ese centro para tener acceso a sus muestras de sangre y de orina para efectuar nuevos análisis y se encontró con la sorpresa de que aparentemente habían sido destruidas.
"Es algo que me intriga", confiesa Suha, que sostiene que esa es una de las razones por las que ha pedido la desclasificación del informe médico completo y la exhumación del cadáver, sobre la que espera que las autoridades judiciales den su visto bueno.
"Mi hija tiene el derecho de saber. Su pueblo también. Confío en la Justicia francesa y espero llegar a conocer la verdad", concluye Suha, que recalca que ha dado este paso a título personal.
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