JMJ de Río

La mayoría silenciosa

La Razón
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Los españoles nos podemos sentir muy orgullosos por la visita de Su Santidad, aunque quisiera destacar especialmente la esperanza que produce esa inmensa oleada de jóvenes que llena Madrid. Nos tenemos que sentir felices porque hay una juventud con ilusión, esperanza, entrega y frescura. Los jóvenes católicos son fácilmente reconocibles. La alegría inunda su rostro. Es algo que debería servir de reflexión para los que han llenado su alma de odio e irracionalidad. Los que increpan e insultan a quienes quieren vivir su fe y, sobre todo, la exteriorizan. No entiendo por qué los católicos nos tenemos que esconder. Es un complejo que ni entiendo ni comparto. Lo mismo me sucede con esa minoría irrelevante que critica la visita de Benedicto XVI. Estos días extraordinarios deberían servir para que la mayoría deje de ser silenciosa y con el mismo respeto que ha mostrado siempre traslade a la sociedad ese mensaje de esperanza y alegría sin perjuicios o complejos. Nuestras raíces son cristianas y son las que dan sentido a nuestra identidad colectiva.