José Muñoz: «Alarte quería tener todo el control Puig es la solución no es un mesías»

Valencia- Ha sido elegido secretario general con el 98 por cien de los votos, ¿qué balance hace?
–Fue un Congreso de reconciliación. Hubo mucha discusión política apasionada, pero no por una cuestión de cargos.

–Entonces, ¿fue diferente del cónclave del PSPV?
–Ha sido muy diferente porque había consenso general y el trabajo de intentar unir sensibilidades se hizo previamente.

–¿Le sorprende el gran apoyo recibido?
–Me sorprende porque hay 1.800 militantes en juventudes y pocas veces se consigue una conformidad tan alta.

–Siendo todos socialistas, ¿cómo se explica ese comportamiento tan distinto?
–Hemos aislado el Congreso del PSPV del de juventudes. Yo tengo gente en mi equipo que, sin ningún tipo de problemas, apostó por otras opciones.

–¿Podría trasladarse a las juventudes la organización por familias?
–Ya ha pasado y por eso había división. Pero cuando empezamos este proyecto, nos planteamos que no podíamos consentir que los problemas internos nos afectaran a nosotros.

–¿Ha integrado en su equipo personas de todos los clanes?
–Todos quieren decir si unos son de Alarte o de Puig, pero en juventudes no es así. Lo que pasa en el partido está ahí, puede influir, pero no hay odios enconados. He integrado a todos en el equipo y ahora son también mi gente.

–Pero quizás no se entiende que Juventudes sí llegue a un acuerdo tan fácilmente y el PSPV no...
–Pues habrá que enseñarle. Sólo se trata de unir, parece difícil, pero no lo es. Es cierto que venimos de un proceso con cierta división, pero la militancia lo que quería era cambiar las cosas y empezar a hacer política ¿Qué hay que enseñarle al partido? Pues no sé. Los jóvenes tendremos que empezar a reivindicar nuestro papel en la sociedad y en los partidos.

–¿Qué le pedirá a la nueva dirección socialista?
–Sobre todo, y ya tengo el compromiso de Ximo Puig, ser la voz de los jóvenes. El partido nos necesita y ellos lo tienen clarísimo. Necesitamos ir un paso más allá. No podemos ir detrás de los movimientos, tenemos que ser los que estemos en la cabecera.

–¿Se refiere al «15-M»?
–Tenemos que estar con ellos y de hecho, estaremos.

–¿Por interés electoral?
–Quedan tres años para las elecciones, no me planteo participar por réditos políticos. Si hay que ir al «15-M» para ganar votos, mal camino llevamos. Queremos estar ahí con ellos y ser ellos.

–La sociedad está descontenta, ¿qué le recomendaría a los líderes políticos?
–Bajar a la calle. Hay que dejar de ser una especie de casta.

–Bajo la gestión del anterior secretario general, Jorge Alarte, el PSPV perdió mucha militancia ¿La recuperará Puig?
–No tengo ningún tipo de duda. Pero tenemos que ilusionar.

–¿Perdieron también militantes en Juventudes?
–No. Juventudes es una organización que se creó para hacerle frente al PSPV, que no tenía en cuenta los jóvenes por ser demasiado radicales.

–¿Si tienen que enfrentarse al PSPV lo harán?
–Por supuesto, es lo que me ha hecho llegar hasta aquí, ser valiente. Pediremos que nos den la visibilidad que nos merecemos y que nos ayuden con más medios.

–¿Económicos?
–Sí. Materiales, humanos y económicos. Me gustaría volver a la sede que teníamos y que tuvimos que alquilar por motivos económicos.

–¿Es Puig la solución al PSPV?
–Sí, yo aposté por él. Es una persona con muchos años de experiencia. No es un mesías y tiene los pies en el suelo.

–¿Se definiría como lermista?
–No.

–¿Qué hizo mal Alarte?
–Quería tenerlo todo controlado.

En primera persona
«Cuando ganó Zapatero no pude celebrarlo»
Con 26 años y abogado de profesión, afronta su nueva responsabilidad con ilusión. Se define como utópico y firme creyente de la clase política. Empezó en el PSPV hace siete años, como militante de base. Desde entonces y sin saber muy bien cómo, empezó a ostentar responsabilidades en las juventudes socialistas ¿Sus inicios? «Cuando Zapatero ganó las elecciones, yo no tuve con quién celebrarlo. En ese momento pensé: ‘tiene que haber gente como yo'».