Barcelona

El Tibidabo reabre sus puertas con la mitad de visitantes

Todo parece indicar que «El Péndulo» no volverá a funcionar porque ya no aparece en el mapa del recinto.

El Tibidabo reabre sus puertas con la mitad de visitantes
El Tibidabo reabre sus puertas con la mitad de visitanteslarazon

Tras un minuto de silencio liderado por el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, en recuerdo la chica de 15 años que el sábado perdió la vida en la atracción «El Péndulo», el parque del Tibidabo reabrió ayer sus puertas. Pasadas las 12 del mediodía, gritos de emoción, vértigo y diversión se mezclaron de nuevo con la música de feria que envuelve de encanto la «Montaña Mágica». Familias enteras, grupos de amigos y niños de colonias gozaron de un caluroso día en el parque, al que cuatro días antes inundó la tragedia. «Porque pase un accidente no dejaremos de venir», afirma Neus, madre de dos niños. «Los chavales se suben a todo, no les da miedo», añade. «Teníamos programado venir y no íbamos a cambiar de planes, ya que los accidentes pasan», comenta María. Marisol sube con su hija a la noria. «Un poco de repelús sí que da, pero nunca he oído nada malo del Tibidabo», dice. Mientras los pequeños se mojan en el agua pulverizada otros corren eufóricos de atracción en atracción. «Donde hay cuerpo hay peligro, desde que sales de casa estás expuesto a que te pase algo».A pesar de que no hay mucha gente – ayer el parque recibió 1.229 visitas, menos de la mitad de un día normal– muchos miembros de seguridad y mantenimiento pasean por el recinto. «Hoy casi no hay colas y encima ahora es más seguro que nunca ya que no van a pasar dos accidentes seguidos» augura Toni, de 15 años, que descansa bajo la sombra mientras algunos de sus colegas salen de «El Barco Pirata». «He subido al Péndulo muchísimas veces y el año pasado el mástil se movía bastante», recuerda el joven secundado por sus amigos. A pesar de ello, «El Péndulo» era su atracción preferida ya que sentía «la adrenalina de salir volando y caer al vacío». «De la emoción y la velocidad no podías ni gritar», recuerda Sergi. Cerrado «El Huracán»«Los chicos se quejan de que hay demasiadas atracciones cerradas», lamenta Víctor, padre de familia. Y es que a parte de la atracción accidentada, que ya no aparece ni en el mapa del recinto, y la «Mina de Oro», los miembros del parque cerraron también «El Huracán», para revisarla de nuevo y extremar la precaución. Delante de las vacías mesas del Huracán come un grupo de veinteañeras. «Aunque da rabia no poder subir, mejor que la cierren a que pase algo malo como en El Péndulo, que temblaba un poco cuando estabas arriba», recuerda Mónica. «Una vez , antes de subir se desenganchó la cabina y la pararon diez minutos», alerta.Unos 40 pequeños vestidos de amarillo, del club de Hockey de Terrassa, hacen cola en las sillas voladoras. «¿Peligro? Para nada. También les puede caer una pelota en la cabeza cuando juegan», dice Axel, su monitor. «Hoy se han desapuntado diez niños al venir al Tibidabo», dice antes de gritar: «¿Vamos a la montaña rusa?»