Un poco de objetividad por Iñaki Zaragüeta

La culpa aún la tendrán Adolfo Suárez en España y Joan Lerma en la Comunitat Valenciana. No sé por qué algunos medios de comunicación, como voceros de políticos de tres al cuarto, sólo hacen retrospectiva de 16 años y no de 26 o de 36.
Viene a cuento al leer algunos análisis y opiniones responsabilizando de la situación actual de nuestra Comunidad a Eduardo Zaplana, cuando este presidente se marchó hace una década –en torno al 12 de julio de 2002- después de lanzar a nuestra región a la primera línea nacional e internacional. Así fue, lo quieran o no quienes todavía lo tienen en el punto de mira.
Zaplana se trasladó a Madrid con las cuentas públicas en auge tras provocar un salto espectacular en la imagen de la Comunitat, económico y social. Lo nieguen o no, dejó una herencia que para sí quisiera cualquier gestor público, incluida la configuración orgánica de su propio partido, el PPCV, configuración que no ha vuelto a exhibir hasta este momento. Su liderazgo no ha tenido continuidad.
Resulta curioso comprobar cómo estos críticos ajenos a la realidad obvian el perjuicio causado por la política de Zapatero a nuestra tierra. El trasvase del Ebro, la financiación por habitante, la marginación en las subvenciones …
Ni aquí ni en lugar alguno puede culparse del escenario a quien lo dejó hace 10 años. Recuerdo aquello de «la ley de la herencia es un fenómeno maravilloso que nos exime de la responsabilidad de nuestras deficiencias». Un poco de objetividad, señores. Así es la vida.