David Cameron
Dos directivos de News Corp acusan a Murdoch jr de mentir
El imperio se ha revelado contra el gran César. El testimonio que prestó el martes James Murdoch, el hijo del magnate australiano, ante el comité de la Cámara de los Comunes se ha puesto en duda. Y la bomba mediática ha venido cargada desde la propia empresa, un movimiento que Rupert quizá no valoró cuando, ante los políticos que le interrogaban, echó balones fuera y dijo sentirse engañado por la gente en la que confiaba.
Colin Myler, ex director del dominical clausurado y responsable de hacer su última edición hace sólo dos semanas, y el ya ex responsable legal de «News International», Tom Crone, cuestionaron ayer las declaraciones del heredero afirmando que él estaba al tanto de un correo electrónico en el que se sugería que los pinchazos eran una práctica habitual.
A pesar de que James declaró que no conocía esa información, los dos ex directivos aseguran que en abril de 2008 el hijo del magnate australiano autorizó un pago de más de 600.000 euros, como parte de un acuerdo extrajudicial, a Gordon Taylor, director de la Federación de Fútbol, después de que éste presentase medidas legales contra «News of the World» porque su teléfono había sido intervenido.
En un comunicado divulgado ayer, tanto Myler como Crone puntualizaron que había muchas cosas que querían corregir de la declaración de James ante la Cámara de los Comunes.
El considerado heredero del imperio aseguró ayer que respaldaba su comparecencia, pero la Policía se sirvió ayer de varios documentos facilitados por los ex directivos que podrían poner en un aprieto al hijo del magnate.
El giro que ha dado la investigación con este episodio es crucial, ya que el correo mencionado data de 2008, es decir, dos años después de que comenzaran las investigaciones y el caso se cerrara con sólo dos personas en la cárcel al considerar que la mala praxis no estaba extendida.
El presidente del Comité de Medios de Comunicación, John Whittingdale, señaló ayer que era el momento «más importante» hasta ahora en el escándalo y dejó abierta la posibilidad de pedirle a James que clarifique su declaración.
La teoría de que los pinchazos fueran habituales en las cabeceras de Murdoch –las mismas que ahora hablan sin tapujos sobre las acusaciones al heredero en sus portadas– cobra cada día más fuerza, después de que el miércoles fuera despedido el jefe de la sección de reportajes del diario británico «The Sun», Matt Nixson, por supuestas escuchas ilegales realizadas cuando trabajaba para el dominical.
El primer ministro británico, David Cameron, dijo ayer que «claramente» James Murdoch tenía muchas «preguntas que responder» en el Parlamento.
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