Jubilación

El disimulo por Cristina López Schlichting

La Razón
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Casi todas las medidas que ahora se implementan –y lo que nos queda- han sido negadas por el Gobierno semana tras semana. El copago sanitario, la subida del IVA, los recortes en educación, el rescate por la quiebra del glorioso sistema financiero, los peajes en las autovías, etcétera, etcétera, etcétera. Y veremos recortes en las pensiones y despido de funcionarios, ojo. Supongo que las encuestas le dicen a Arriola, el asesor del presidente, que es mejor retrasar la evidencia de la verdad en lo posible, porque hay amplios sectores de la población que no están dispuestos a aceptarla. Reconozco que por temperamento me cuesta el disimulo.

Lo cierto es que, anunciadas o no, aceptadas o no, populares o letales para el político, las medidas son la medicina obligatoria para la ruina en que estamos. Hasta arriba de deudas y sin apenas ingresos, no nos queda otra. O sea, traducido a términos domésticos, estamos obligados a trabajar más, ganar menos y ahorrar lo posible. Aunque el copago que empieza ahora es progresivo (quienes más ganan, más pagan), los pensionistas están especialmente protegidos (los jubilados con menos de 18.000 euros anuales de renta abonarán un máximo de 8 euros al mes) y están exentos parados sin subsidio, perceptores de rentas de integración, discapacitados y personas en situaciones de dificultad máxima, todo esto es duro. Claro que lo es. Y más que va a serlo en el futuro. A mí no me da la gana de escribir con disimulo.