Los principios sagrados

Bruselas- La compra de deuda soberana de los países del euro en problemas, la más reciente de Italia y España, se aleja de los sagrados principios fundadores del BCE, la estabilidad de precios, una copia de los que guiaron el Bundesbank alemán. Berlín cedió su poderoso marco sólo a cambio de que el BCE tuviera como sacrosanto objetivo único la lucha contra la inflación, que no debe sobrepasar en la zona euro el 2%, ya que provoca un miedo irracional en la población alemana. Pero además algunos analistas ya recordaron al principio de la Gran Recesión que tanta inyección de liquidez del BCE puede terminar por poner demasiado dinero en circulación y aumentar la inflación, precisamente lo que se debe evitar. Sin embargo, con una eurozona lejos de consolidar un crecimiento robusto, con algunos socios desacoplados de la marcha, como España, y con un crédito que no fluye, otros piensan que retirar las facilidades a la banca dejaría al sistema financiero seco, y si el dinero no fluye no puede haber crecimiento, como opina el vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, José Manuel García Margallo.