Sólo subcampeones

La final nunca se anticipa. Se juega en el último partido y ése es el del domingo en el Soccer City. La penosa pérdida de credibilidad y prestigio del periodismo deportivo en beneficio del sensacionalismo, de la venta a corto plazo, ha hecho creer que la selección ya ha ganado el Mundial. Me indignan los cuatro vendedores de crecepelo que pululan por algunas redacciones, que se empeñan en hacernos creer lo increíble, lo no sucedido.La fiesta se me antoja maravillosa, las calles son riadas humanas de españoles felices, de personas que desean disfrutar de las victorias de su equipo nacional, pero festejan que hemos pasado a la final, no que la hayamos ganado. No somos campeones del mundo. Sólo somos, y no es poco, subcampeones. No po- demos crear una euforia por lo que aún no ha llegado, sino por lo que ya tenemos. Holanda será distinta a Alemania, se juega la final de la Copa del Mundo y final sólo hay una. Llevo tantas en el cuerpo, y en la memoria, que me parece algo increíble. Esperemos el momento, «Ke Na- ko» en la lengua zulú, y disfrutemos mientras tanto.Somos el mejor equipo del mundo, pero todavía no somos el mejor equipo del Mundial. Para eso, hay que ganar a Holanda, levantar la Copa en la manos de Iker y pasearla por La Castellana, camino del Asador Donostiarra, lugar de celebraciones futbolísticas. No vendamos la piel del oso antes de cazarlo. Los esfuerzo baldíos producen melancolía. Lo dijo Ortega y Gasset. Pedro Ruiz, tan genial como siempre, diría que nos faltan tres centímetros. Teoría sutil. Los que separa el Jabulani del gol. Tres centímetros. Suerte y moderación. Aún no hemos ganado.