Estados Unidos

Anglicanos en ruta a Roma: desde Inglaterra Dakota o Japón

Rodeados de amigos católicos y anglicanos, el antiguo obispo anglicano de Richborough, Edwin Barnes, ya jubilado, y su esposa Jane, entraron oficialmente en la Iglesia católica el pasado día 20. La misa y la ceremonia de la Confirmación la celebró un amigo del matrimonio, el padre Peter Ryan, otro ex anglicano

Edwin Barnes, ex obispo anglicano de Richborough, es el cuarto prelado que pasa al catolicismo este año
Edwin Barnes, ex obispo anglicano de Richborough, es el cuarto prelado que pasa al catolicismo este añolarazon

«Amablemente se ofreció a prepararnos con un curso de impacto», explica Barnes, un caso de jubilado enamorado de internet que desde su blog y los foros anglocatólicos analiza el momento que está viviendo el anglicanismo mundial. «Después de la misa tomamos té y café y galletas y pastelitos caseros en los salones parroquiales», escribe Barnes. Hoy por hoy es sólo un laico católico, pero el 5 de marzo será ordenado sacerdote católico en la catedral de Porstmouth: será el cuarto obispo anglicano (en este caso, ya jubilado) en ser sacerdote católico, en lo que llevamos de año.

Otros lo hicieron antes: es un movimiento mundial. En 2007, cuatro obispos episcopalianos (anglicanos de Estados Unidos) abandonaron la Iglesia Episcopaliana cansados de su deriva liberal. Tres se fueron a grupos anglicanos conservadores dependientes de obispos africanos. El cuarto, Jeffrey Steenson, obispo de Río Grande, se hizo católico. Por dispensa especial de Roma, como sucede en estos casos, en febrero de 2009 fue ordenado sacerdote católico. Su ejemplo ha inspirado a Steven A. Sellers, rector de la catedral episcopaliana de Fargo, Dakota del Norte, quien lo define como «un mentor y consejero para mí». Después de «un año de oración y discernimiento», Sellers y su esposa Dixie han decidido mudarse a Texas y hacerse católicos. Ya han hablado con el cardenal DiNardo, de Houston y parece fácil que sea ordenado sacerdote.

Pero quizá el ejemplo más claro de la globalización del fenómeno sea el de Satoru Kato. En Japón era estudiante de budismo, pero luego se bautizó en una iglesia evangélica. Unos jesuitas le introdujeron a la liturgia. Al estar casado, le atrajo el anglicanismo, donde fue ordenado. Pero el debate sobre el clero femenino anglicano le llevó a una conclusión: «en los temas de ordenación y sacramentos, estoy con Roma; rezo para poder vivir y morir en la Iglesia católica». Pronto será ordenado sacerdote católico en Japón, ayudará en parroquias y en una asociación benéfica.