Londres

Ferrer se lo cree

Ferrer sorprende a Murray y sella su primer triunfo en Londres en dos sets
Ferrer sorprende a Murray y sella su primer triunfo en Londres en dos setslarazon

David Ferrer parece empeñado en traicionarse. Está entre los ocho mejores del mundo por méritos propios, pero durante su carrera se ha sentido ajeno al grupo de elegidos. La victoria ante Andy Murray (6-4 y 7-5) en el estreno en la Copa Masters es la última prueba de que quizá puede ir más lejos de lo que él mismo piensa. «El año pasado –cuando cayó en la primera fase– llegué más conformista, ahora tengo una actitud diferente y encaro los partidos de una manera más ganadora», confesó. Y luego no pudo evitar su habitual ración de modestia: «Queda mucho». O quizá no tanto. Dos partidos, en los que precisa una victoria, y una semifinal para repetir la lucha por el título que protagonizó hace cuatro años ante Federer en Shanghái.

El primer paso ha llegado ante un jugador contradictorio y que confesó después del partido que unas molestias en la ingle le pueden llevar hoy a retirarse del torneo. Murray vuelve a estar en casa. Llega por primera vez en su vida a estas alturas del año entre los tres mejores del mundo, pero... Sigue con la losa de no haber ganado un «grande» –tres finales pérdidas, dos en Australia y una en Estados Unidos– y siente que esta semana se enfrenta a un reto similar. Es capaz de firmar puntos imposibles sin esfuerzo aparente e inmediatamente después defraudar a los 15.000 seguidores que tomaron las gradas del O2. La aparente normalidad con la que encadena golpes ganadores contrasta con su frágil consistencia mental. Y eso, si enfrente está «Ferru», es sinónimo de problemas. El español, en esto también es especial, se siente mejor en pista rápida que en tierra batida. « Juego mucho mejor porque mi juego es más recto, más plano, y la pista rápida me da más opciones de restar delante», asegura. Los precedentes (5-0 para Murray en pista rápida) le quitaban la razón, pero el partido se la dio. Lo resolvió en dos sets con una demostración de solidez que no ofrecieron Federer ni Nadal. Restó como siempre, le funcionó el saque, se fue a la red... Y para celebrarlo cerró la jornada con unas partidas en la videoconsola con Nadal.