La jaula de oro de un excéntrico

Un equipo de Al Yazira entró en febrero y dijo que había generadores de emergencia, un sistema de suministro de aire y agua, paredes especiales preparadas para aguantar explosiones, todo bien acondicionado. Este refugio –hay quien piensa que puede estar escondido dentro– se encuentra en el corazón del complejo residencial de Bab al Aziziya, un fortín de seis kilómetros cuadrados con aires de cuartel militar, protegido por varios muros de hormigón reforzado, donde se encontraba el centro de comunicaciones del Ejército. Antes de la guerra, el lugar tenía la dosis suficiente de lujo que cabe esperar de un sátrapa estrafalario y caprichoso como él. Jaimas beduínas, jardines con camellos y ciervos sueltos, piscina cubierta, jacuzzi, campo de fútbol, etc. La OTAN ha derribado en estos meses partes del complejo. En 1986, el presidente Reagan ordenó disparar contra «la Casa de la Resistencia», el símbolo del complejo. Las paredes agrietadas por aquel ataque han servido a Gadafi como telón de fondo para sus discursos. Ahora, como entonces, parece haber escapado. Lo que es seguro es que ya no volverá a lanzar soflamas desde este lugar.