ANÁLISIS: La última oportunidad de Al Assad

- ¿Qué distingue al presidente sirio de los líderes de la región?
–A diferencia de la mayoría de sus pares en la zona, Bashar al Assad ha acumulado un importante capital político, y los sirios están dispuestos, por ahora, a darle el beneficio de la duda. De hecho, un amplio porcentaje de los ciudadanos –incluido el aparato de seguridad– espera desesperadamente a que asuma un liderazgo claro y lance una alternativa a la confrontación antes de que sea demasiado tarde.

- ¿Cómo pueden interpretarse las medidas que ha adoptado hasta ahora?
–Frente a este desafío sin precedentes, el aparato de poder, en el mejor de los casos, está aplicando una serie de medidas caóticas que transmiten una sensación de confusión, y en el peor, reacciona de acuerdo a unos hábitos represivos bien arraigados. En definitiva, está enviando mensajes contradictorios y equivocados a una población que no va a esperar mucho más tiempo a que el régimen reaccione.

- ¿Qué se espera de él, entonces, ante esta crisis?
–Al Assad debe mostrar un liderazgo visible y hacerlo ahora, ya que su actual capital político depende menos de sus éxitos pasados en política exterior que en su capacidad para cumplir con las expectativas populares en un momento de crisis interna peligroso. Mientras tanto, la represión perpetrada bajo su responsabilidad le está saliendo cara. Sólo él puede demostrar que el cambio es posible y restaurar algún sentido claro del liderazgo en un aparato de poder desconcertado, favoreciendo el marco para una transición.