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La OTAN admite que «queda trabajo por hacer» en Libia y defiende financiar a los rebeldes

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha reconocido que aunque las fuerzas aliadas destruyen "todos los días"capacidades militares "importantes"del régimen libio como tanques, vehículos armados y centros de mando y control, todavía les "queda trabajo por hacer"y se ha mostrado a favor de financiar "adecuadamente"a los rebeldes, que desde hace semanas piden poder utilizar fondos congelados al régimen como avales para conseguir préstamos.

En rueda de prensa, Rasmussen ha recalcado que los ministros de Exteriores de la OTAN pactaron "claramente"los pasados 14 y 15 de abril en Berlín los "tres objetivos militares"de la operación 'Protector Unificado' en Libia como son que el régimen de Muamar Gadafi cese "todos"los ataques contra la población civil, la retirada "verificada"de "todas"sus fuerzas "incluidos francotiradores y mercenarios"a sus bases y que garantice el acceso humanitario "libre y sin obstáculos"en Libia.

En este sentido, ha rechazado poner "una fecha"al fin de la operación, que terminará "cuando se cumplan estos objetivos". "Continuaremos haciendo esto el tiempo que sea necesario", ha apostillado, reconociendo que "es difícil imaginar que los ataques contra los civiles en Libia cesan mientras Gadafi continúe en el poder".

"Esta parte no está incluida explícitamente en los tres objetivos militares que hemos definido, por eso es tan importante incluir la vía y la dimensión políticas y toda la presión internacional contra el régimen para garantizar que Gadafi abandona el poder y que el régimen permita una transición pacífica a la democracia y acomode las demandas legítimas del pueblo libio", ha explicado.

"Los tres objetivos militares son muy claros. Cuando se cumplan estos objetivos la misión estará cumplida. Todos deseamos firmemente ver la misión cumplida", ha subrayado, insistiendo en que puede "fijar una fecha para la cual se hayan cumplido los tres objetivos"que, según él, "determinan la duración y alcance de nuestra operación".

Rasmussen ha rechazado entrar en "detalles operativos"de la misión del pasado fin de semana contra un "centro de mando y control"de Gadafi en Trípoli en el que presuntamente pereció su hijo menor Saif al Arab Gadafi, pero ha dejado claro que "únicamente"atacan "capacidades militares". "Tengo total confianza en nuestros comandantes militares y su habilidad y capacidad para identificar objetivos militares legítimos", ha asegurado.

El régimen, más débil

Rasmussen ha asegurado que la OTAN está cumpliendo el mandato de la ONU para proteger a la población civil, que lleva a cabo sus ataques contra objetivos militares del régimen "legítimos"con "cuidado y precisión"para evitar causar bajas entre los civiles y, aunque no ha podido confirmar en qué porcentaje han destruido las capacidades del régimen hasta ahora, ha insistido en que las fuerzas aliadas están "degradando su habilidad para atacar a su propio pueblo de forma estable".

El régimen se encuentra "mucho más débil"que cuando asumió la Alianza la misión, ha aseverado.
"La OTAN está salvando vidas en Libia", ha recalcado el ex primer ministro danés, que ha insistido en que gracias al embargo de armas que aplican por mar las fuerzas aliadas "Gadafi no puede comprar armas que quiere para continuar los ataques contra los civiles", "no puede atacar a hombres, mujeres y niños desde el aire"por la zona de exclusión aérea y tampoco puede "recurrir a columnas de armamento pesado"contra la población como hizo en Benghazi, justo antes de la intervención internacional.

Sin embargo, Rasmussen ha admitido que "el conflicto ha cambiado mucho en un mes", especialmente por el cambio de tácticas del régimen, "escondiendo sus unidades militares en zonas pobladas, utilizando escudos humanos y de otras maneras".

Actuación en Misrata
En este sentido, ha reconocido que los aliados también han tenido que adaptar sus tácticas. "Ahora es más difícil que antes, pero hacemos progresos constantes", ha insistido, preguntado si la OTAN está haciendo lo suficiente para proteger a la población civil de Misrata, la tercera ciudad y la única que controlan los rebeldes todavía pese al fuerte asedio en el oeste de Libia.

"Queda trabajo por hacer", ha reconocido, defendiendo que la OTAN ha contribuido a "proteger muchas vidas en Misrata y otras partes". "Por supuesto no podemos impedir todos los ataques. Tenemos que vivir con esto", ha lamentado.

"Cuando (Gadafi) utiliza francotiradores y esconde unidades militares en zonas pobladas y, teniendo en cuenta que nosotros tenemos mucho cuidado de no provocar víctimas civiles, todavía tiene capacidad para atacar a civiles, pero puedo garantizar que hemos hecho mucho y que seguiremos haciendo lo máximo para destruir sus capacidades militares", ha aclarado.

"El conflicto ha cambiado mucho en un mes, pero no cambiará el voluntad de OTAN y nuestros socios. Nuestra responsabilidad está clara: proteger la vida de civiles, como respaldó el Consejo de Seguridad de la ONU", ha asegurado.

Solución política
"Siempre hemos dicho claramente que no puede haber solución puramente militar a esta crisis. Esta la razón por la cual seguimos plenamente en contacto con nuestros socios regionales e internacionales y nos empleamos en encontrar una solución política a este conflicto que responda a las aspiraciones legítimas del pueblo libio", ha asegurado.

Rasmussen ha avanzado que informará de la marcha de las operaciones en Libia al Grupo de Contacto que se reúne este jueves en Roma y ha incidido en que el fin de la operación "no depende sólo de la OTAN".

El secretario general aliado se ha mostrado "a favor de todas las medidas que favorezcan poner la máxima presión sobre el régimen de Gadafi"y en este sentido ha considerado que "sería útil lograr que la oposición puede financiarse adecuadamente", preguntado si apoya la concesión de fondos a los rebeldes.