Ley del Menor

Marginado aficionado a las armas y adicto al póquer

Juan Manuel se independizó hace un mes para preparar el ataque

La Razón
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PALMA DE MALLORCA- Juan Manuel Morales, de 21 años, es un joven solitario que pasaba desapercibido para sus vecinos. Vivía solo hace un mes, gracias a los ingresos conseguidos a su buena mano jugando al póker on-line. Nunca iba acompañado, nunca se le veía ir al supermercado. No pertenecía a ninguna asociación ni a ninguna agrupación política. Siempre caminaba cabizbajo, como si su cabeza no parara de planear la masacre. A pesar de cursar un módulo de FP II de Administración y Dirección de Empresas en el Instituto Politécnico de Palma, no llevaba nunca mochila, aunque no se separaba de sus vaqueros y de sus sudaderas. Detrás de la normalidad de la vestimenta de un estudiante, se esconde una persona dolida con la sociedad, con un rencor que le llevó a planear el mayor de los atentados que se hubieran producido en la universidad española. Este resentimiento quedaba reflejado en cada uno de los «posts» de su blog «¿Sabéris lo que más odio?», el mismo nombre que el de Erik Harris que, junto a Dylan Klebold asesinaron a 12 compañeros de instituto y a un profesor en un insituto de Columbine. Morales alababa las formas de vestir de estos dos chicos, que se suicidaron tras la masacre, y su afición por la música de Rammstein, KMFDM, Orbital y Prodigy. Como ellos, también había expresado en más de una ocasión haber sido humillado en el colegio.

Juan Manuel estaba obsesionado con Columbine. Intentó hacerse con un arma de manera legal, pero le denegaron la licencia. Tampoco lo consiguió en el mercado ilegal. Las opciones se reducían. Los materiales para fabricar una bomba son más fáciles de conseguir. El nitrato de amonio es un fertilizante que, mezclado con tras sustancias, se convierte en una bomba muy destructiva. El siguiente paso fue comprar todos los materiales necesarios a través de la web, lo que al final supuso el fracaso de su venganza. Al igual que Eric y Dylan, estudiaba en un instituto conflictivo, en el que, según los propios vecinos, los cacheos a estudiantes por parte de la Policía son constantes, hay muchos problemas entre bandas y el menudeo de droga es habitual. Esta conflictividad pudo ser el origen de su macabro plan. Primero, proclamó desde su blog el odio a la sociedad, a los universitarios y a las instituciones. Después envió cartas amenazantes. Sabía que se acercaba el día. 24 horas antes de la detención, fue a retocarse el pelo. El peluquero quiso hacerle una foto y se negó. Sólo podía pensar en su pedido. Por suerte, la Policía también.