Londres
A tus zapatos por Toni Bolaño
El acuerdo de Escocia y Londres ha entusiasmado al nacionalismo catalán. El portavoz de la Generalitat ha instado a Rajoy a tomar ejemplo. Artur Mas les ha felicitado por carta. No tanto por el acuerdo, sino para utilizarlo en beneficio propio. Ha sido una acción tan descarada que ni en Edimburgo ni en Londres ha sentado bien la misiva. En pocas palabras, ambos gobiernos han contestado –diplomáticamente– «zapatero a tus zapatos». Que sus asuntos internos son eso, internos. En definitiva, no les ha hecho gracia la incursión de Mas en la política británica por la puerta de la autopropaganda.
El presidente catalán ha visto el cielo abierto. Con el acuerdo pretende cargarse de razones para justificar su referéndum. Es su bandera de enganche. Pero, el nacionalismo escocés juega su propio partido. Les trae al pairo el camino emprendido por Cataluña. Tienen una pregunta clara y han alcanzado un acuerdo con el Gobierno británico. En Cataluña, la hipotética pregunta es todavía un holograma. Mas mantendrá hasta después de las elecciones su calculada ambigüedad. De hecho, de momento sólo quiere ganarlas. Es su máxima preocupación.
La de Salmon es otra. El nacionalismo escocés hacía bandera de su incorporación al euro. Ahora la cosa no está para guasas para una amplia mayoría. Por eso, su Gobierno intentó incluir una tercera pregunta en su consulta. Una, independencia. Otra, no independencia. Tercera, ¿quiere usted aumentar las competencias de Escocia? Con las de Cataluña, el Gobierno escocés se daría con un canto en los dientes porque, hoy por hoy, tiene apenas las de una Diputación. Salmon sabe de sobra que Escocia y Cataluña no son lo mismo. A Mas le da igual, total, está al servicio de «un momento histórico». Para qué quiere más.
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