Génova

Aguirre fulmina a Granados

La presidenta destituye por sorpresa a su secretario general y renueva la cúpula del PP. Confía el partido a su «número dos», Ignacio González, y al consejero Lasquetty

Granados y Aguirre en una reunión del Comité Ejecutivo
Granados y Aguirre en una reunión del Comité Ejecutivolarazon

MADRID- Tres días después del triunfo de Mariano Rajoy en las urnas, Esperanza Aguirre decidió ayer mover ficha con una renovación por sorpresa en el PP de Madrid que ella preside. Un mensaje a mediodía a los populares miembros del Comité Ejecutivo advertía de que habría «nombramientos» por la tarde. La presidenta del PP en Madrid cambió el orden del día para llevar a cabo, antes de lo esperado, una renovación en la cúpula regional del partido.

A las 17:30 horas, en la reunión de «tardines», Aguirre comunicó a Granados que no continuaría al frente de la Secretaría General del PP en Madrid y, sólo unos minutos más tarde, la noticia se filtraba a los medios. Media hora después trasladaba su propuesta a los más de 110 miembros del Comité, seguido del nuevo organigrama diseñado tras el 20-N. Al frente de la Secretaría General estará Ignacio González, vicepresidente del Gobierno regional y mano derecha de Aguirre desde que llegó a la Comunidad en 2003. Además, anunció que creará otra Vicesecretaría, la de Acción Política, que presidirá el consejero de Sanidad del Gobierno regional, Javier Fernández-Lasquetty, llamado a formar «tándem» con González. Y en sustitución de éste, al frente del Comité Electoral, Bartolomé González, alcalde de Alcalá de Henares y persona muy cercana a la presidenta.

Sobre lo que sucedió dentro del Comité, que se celebra a puerta cerrada, ayer había decenas de versiones. Según pudo saber este periódico, el alcalde de Valdemoro –localidad que gobernó el propio Granados–, José Carlos Boza, intervino para defender la permanencia del ya ex secretario general; junto a Boza se mostraron contrarios a la decisión de la presidenta los hermanos Utrilla, Elena (diputada regional) y Mario (alcalde de Sevilla La Nueva). Las abstenciones se contaron con una mano y el resto, 84 miembros apoyó el nuevo organigrama de Aguirre, enfocado a «reforzar» e «impulsar» el partido, según explicó en el cónclave que se celebra periódicamente en la sede del PP. Todos, incluidos los que no se pronunciaron, felicitaron tras la votación al nuevo secretario general.

El triunfo de Rajoy en las pasadas elecciones generales supone el inicio de una nueva etapa en Génova para la que Aguirre quería a su lado a sus hombres de mayor confianza. Y hacía meses que Granados no estaba en su círculo más cercano. La salida del «núcleo duro» del que fuera hasta las pasadas elecciones autonómicas consejero de Presidencia, Justicia e Interior se produjo precisamente en junio, cuando Aguirre le pidió que fuera portavoz del Grupo Parlamentario en la Asamblea, y éste rechazó la propuesta de pleno. A Aguirre le supuso un trastorno en su organigrama de Gobierno, que por aquel momento diseñaba, pero por encima de todo lo interpretó como una deslealtad, una característica que no cabe en su círculo. Por eso no contó con Granados para su Ejecutivo, del que había formado parte desde hacía ocho años. Se quedó con la Secretaría regional del PP y con uno de los cuatro escaños populares de senador por designación autonómica.

El distanciamiento
En estos cinco meses, la distancia entre Granados y el Gobierno regional ha ido aumentando hasta convertirse en un abismo. Esta separación ha sido, además, paralelamente inversa a un acercamiento del ya ex secretario general a la «planta noble» de Génova. Era un secreto a voces su predilección por una Secretaría de Estado. Por eso ayer, cuando Aguirre anunció su destitución sorprendió a todos pero sólo por la rapidez. La mayoría creía que el relevo se produciría en el próximo congreso regional del partido, que se celebrará después del nacional, previsiblemente en abril, pero la situación no era «natural», admitía ayer un miembro del Comité de Dirección, «pero estaba cantado que no pasaba del Congreso regional», añadían. Aguirre ayer quiso reconocer la labor realizada por Granados que, por su parte, declaró que se va con «la cabeza muy alta» y agradeciendo a la presidenta «muy sinceramente todos los nombramientos que he tenido durante estos años como consecuencia de su decisión».