Bruselas

El alquimista

La Razón
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La oposición ha tratado de buscar en las comparecencias de los consejeros esta semana en la Asamblea donde hincar el diente al jamón, pero sólo se ha encontrado con el hueso. Y no es que no hubiera jamón para llevarse a la boca, sino que el poco que había está tan bien repartido que no da juego para la queja. Concluye el debate de los Presupuestos con escasas lamentaciones del PSRM e IU-V, lo que indica dos cosas bien claras. La primera, es que nuestra oposición sigue tocada por los paupérrimos resultados electorales obtenidos en las generales del 20-N; la segunda, es que el gobierno Valcárcel ha presentado unos Presupuestos donde no se desmantela el «Estado del Bienestar», se mantienen los fondos de Educación y Sanidad y se aplica, por último, un ajuste que viene exigido por Bruselas y el propio ejecutivo de Zapatero. Por eso apenas ha habido réplicas a esos Presupuestos, no sólo porque lo dijera Valcárcel, sino porque también lo ha defendido Rubalcaba en la recta final de la campaña electoral. Como he escrito días atrás en esta Cresta del Gallo, son los Presupuestos que tocaba hacer sin meter la tijera de manera alarmante, pero metiéndola al tiempo sin cortar de raíz las prestaciones y servicios que se dan en cada área de gobierno. Alquimia pura. Alquimia de realismo, claro. Otra cosa distinta será que esa oposición mudita quiera trasladar el debate parlamentario a la calle, como tristemente sucedió a comienzos de año y que sólo le ha servido al PSRM para hundirse electoralmente con los peores resultados de su historia en democracia. Tiene la oposición que reconstruir en esta nueva etapa su discurso, su ideario, que no es el del XIX ni tampoco el de los años veinte, ni el del final de la dictadura. El PSRM debe levantar o edificar un nuevo talante alejado del enfrentamiento barato y estéril y lejano a la realidad. Sólo así logrará ganar un espacio que ha abandonado a favor de otras opciones más serenas, más centradas y no recurrentes que encarnan ahora IU-V y UPD. Debe, también, ser valiente a la hora de renovarse internamente para alejarse de una imagen poco creíble y sin los pies en el suelo. Y lo primero que debe hacer es no salir a la calle a hacer campaña de algo que no ha sido capaz de defender en la Asamblea, la casa donde están representados todos los murcianos. Los socialistas deben apartarse de la crítica fácil, escasamente justificada y, en la mayoría de las ocasiones, siguiendo la estela del partido gobernante, es decir, buscar siempre la crítica por la crítica sin ofrecer alternativa alguna que justifique su posición. Debe el PSRM hacer un ejercicio de reflexión para evitar que alguien le recuerde aquello que le sucedió a Boabdil en Granada cuando su madre le dijo: «No llores como mujer lo que no has sabido defender como hombre». No valen las lágrimas de cocodrilo, sino una oposición serena, preparada y con argumentaciones de calado, porque en caso contrario quienes acabarán llevándole al extraparlamentarismo serán IU-V y UPD. Hagan las cosas bien, y lo primero, repito es arrimar el hombro para que los murcianos sin distinción de color político salgamos de la que tenemos encima y que, además, lo provocaron ellos mismos. A tiempo están de enmendar la plana. Otra cosa será si son capaces de ello o persisten en el error en el que han estado instalados los últimos 16 años. Salir de la crisis es tarea de todos, y, todos, incluye a la oposición política que debe saber decir sí cuando corresponda y oponerse de manera democrática, respetuosa y civilizada, cuando se sientan cargados de razón.