Grecia

Rubalcaba marca el paso a Zapatero ante la cita más difícil del Eurogrupo

El Gobierno aún no ha fijado posición, pero sí el candidato del PSOE, lo que demuestra que, poco a poco, Zapatero asume un segundo plano, y no sólo como secretario general de los socialistas.

Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato del PSOE para las próximas elecciones generales, entre José Antonio Alonso y Manuel Chaves
Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato del PSOE para las próximas elecciones generales, entre José Antonio Alonso y Manuel Chaveslarazon

No en vano, Alfredo Pérez Rubalcaba marcó ayer el paso a José Luis Rodríguez Zapatero ante la cita más difícil del Eurogrupo: urge la emisión de eurobonos para frenar los ataques especulativos contra las deudas soberanas, la creación de una agencia europea de calificación financiera y que los bancos ayuden en el desarrollo de la estabilidad de la zona euro. La receta la glosó en su primera intervención ante el Grupo Parlamentario Socialista, en la que también subrayó que lo primero que debe hacer el Eurogrupo es resolver la crisis griega de una vez por todas y con «números creíbles».

Y es que su impresión es que en la cumbre que previsiblemente se celebrará mañana está en juego el futuro de una Europa que «en los últimos tiempos se ha especializado en hacerlo todo a medias», también el primer rescate a Grecia de hace un año, en el que se actuó «con un cortoplacismo que ahora pagamos todos». Rubalcaba está convencido de que los problemas económicos se resuelven con decisiones políticas y por eso dijo que el PSOE debe combatir la sensación ciudadana de que la política no cambia nada.
Pero el candidato socialista, que estuvo arropado en su cita con diputados y senadores por varios ministros del Gobierno Zapatero –Chaves, Jáuregui, Caamaño, Sebastián, Gabilondo, Garmendia y González-Sinde– no sólo ofreció soluciones para Europa, sino también para muchas cuestiones de la política doméstica. Así, puso deberes a los diputados y echó por tierra el papel del actual Senado, una Cámara que no «sintoniza» con el Estado de las Autonomías ni cumple con «ninguna de las funciones» para las que fue creada. Su catálogo incluye pues una reforma de la ley electoral que busque mayor proporcionalidad y permita más cercanía con los electores para dar respuesta a las demandas de la sociedad actual. Todo ello dentro de un proyecto que busca –en un claro guiño al 15-M– acercar la política a la calle, también desde el Congreso de los Diputados. ¿Su fórmula? Transformar la llamada comisión de peticiones en una comisión de participación. Tarea que requiere, a su juicio, que los diputados se involucren más con los ciudadanos con fórmulas que mejoren la conexión entre ellos y las circunscripciones por las que fueron elegidos. En lo que se interpretó como un toque de atención a los parlamentarios, Rubalcaba sugirió también que utilicen las posibilidades que permite la web para acercarse a los electores y que les contesten cuando se dirijan a ellos. Abogó en este mismo sentido por reorganizar el Grupo Parlamentario Socialista en la próxima legislatura y crear una especie de circunscripciones propias con el fin de conseguir mayor cercanía con la gente, ya que esa proximidad, según afirmó, se da más en las provincias pequeñas que en las grandes. Hasta aquí su dilatado repertorio.