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Hay que prohibir más

La Razón
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Desde que el Gobierno vela por mis finanzas estoy encantada. Tanto es así que he prescindido de mi asesor financiero, un señor muy desagradable que me cobraba un pastizal por evitar que dilapide en boberías lo poco que tengo. Sólo espero que ahora Zapatero no se me venga abajo y siga cuidándome a través de la prohibición, el único lenguaje que entendemos los ciudadanos. Por ejemplo, lo de rebajar a 110 la velocidad máxima está bien, pero se queda corto. En verano debería prohibir también el aire acondicionado: además de disfrutar de los innegables beneficios de una buena sudada, gastaremos un 12% menos de combustible. Y de abrir las ventanillas, nada, que ahí se nos va tontamente otro 5%. Otra medida que se le está pasando por alto a este Gobierno es la de prohibir circular con peso. Por cada 100 kilos que cargamos en nuestro vehículo gastamos un 6% adicional. Lo siento por mi tío Samuel, que no baja de los 132, pero coche con obeso a bordo se merece un multazo ejemplar, cosa por otro lado muy de agradecer porque un trayecto Madrid Huelva a 110 con el tío Samuel y sin aire acondicionado puede ser mortal. La luneta térmica, otra memez: activarla supone un 3% más de gasto, y total, el que venga detrás que arree; y mejor no hablar del 10% que despilfarran los descapotables. A esos prisión, directamente. Es posible que estas medidas incomoden a todos los que tenemos la mala costumbre de no utilizar un coche oficial, que ese sí que sale baratito, pero a cambio, ahorraremos y le plantaremos cara a Gadafi, como unos machotes. Ahí es nada.