Consejo de Ministros
Zapatero y Bono
Hace unos años, en el siglo pasado, el portavoz de un grupo parlamentario se quejaba porque el presidente del Gobierno no lo hacía caso e incluso se sentía maltratado. En un acto oficial se le acercó el presidente. Le cogió del brazo y le dijo que pasearan por el salón, porque así todos se preguntarían de qué estaban hablando. Esa proximidad serviría, además, para que vieran que había cordialidad entre ambos. No quedó muy contento el portavoz, según me dijo, aunque hicieron esa representación teatral cara a la galería. Zapatero y Bono tienen una relación curiosa. No es ni buena ni mala, pero existe confianza entre ambos y el presidente le trata con una enorme deferencia. No olvida que fue su rival, aunque ahora lo tiene aparcado en la presidencia del Congreso. La imagen de la reunión sorpresa, que duró dos horas, ha sido la comidilla general y ha generado inquietud. Bono fue muy hábil y resolvió el tema generando más dudas al decir que habían hablado de lo que imaginamos todos pero de «imposible referencia».
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