Estados Unidos
Garzón también a por Gadafi
El juez asesorará al Tribunal Penal Internacional en su investigación contra el dictador libio. La UE prepara un «Plan Marshall» para el norte de África
BRUSELAS, MADRID- El juez Baltasar Garzón será uno de los asesores de la investigación que el Tribunal Penal Internacional (TPI) está llevando a cabo para destapar a los responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos en Libia desde el inicio de las revueltas, y entre los que se cuenta Muamar Gadafi. Así lo hizo saber anoche el fiscal jefe del TPI, Luis Moreno-Ocampo, quien considera fundamentales las aportaciones del juez español. «Él tiene una enorme experiencia en este tipo de crímenes», dijo en declaraciones a Europa Press.
Este mismo jueves se detallará la lista de posibles responsables de los delitos en Libia, en cuya elaboración participará indirectamente Garzón, y en la que se incluirá a diversos cargos públicos libios y personas del círculo íntimo del dictador, a las que se investigará de forma preventiva. De este modo, explicó Moreno-Ocampo, el primer paso será iniciar el procedimiento penal y, en el caso de que se consigan las suficientes evidencias, se pasará a presentar un requerimiento a los jueces de La Haya para que emitan una orden de arresto contra los criminales, la cual deberá tramitarse con la mayor rapidez posible debido a la continuidad de la ola de violencia en Libia.
Democracia y prosperidad
Mientras, la UE prepara su respuesta a través de un «Plan Mar-shall» que países como España e Italia habían pedido para el Magreb. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, adelantó ayer los pilares del mismo, bautizándolo como «Pacto para la Democracia y la Prosperidad compartidas». Si en el pasado los intereses dominaban a los valores en la política de vecindad europea con la ribera Sur, ahora la UE quiere dirigir su esfuerzo –y 4.000 millones en ayudas–, a la democracia, Estado de Derecho y libertades, desarrollo social inclusivo y reforzamiento de la sociedad civil en la zona. Y es que hace dos semanas el Parlamento Europeo se refirió a la política de vecindad como un «fracaso», como bien representa la Unión por el Mediterráneo, moribunda por el conflicto palestino.
Aunque Europa siempre asegura que los derechos humanos y la democracia son el centro de su política exterior, al relacionarse con los dictadores no ha tenido ningún problema en taparse la nariz y pasar por el aro de sus exigencias. El caso más escandaloso es precisamente el de Libia. Si ayer Barroso afirmaba que Gadafi se tiene que ir porque «es parte del problema», la estrategia de la Comisión para Libia para 2011-2013 «no busca intencionadamente tratar otros asuntos importantes, como la gobernanza o los derechos humanos», según dice el texto, elaborado en 2010. La explicación de la Comisión es que «se necesitan dos para bailar un tango», y como el sangriento dictador no querría firmar un documento que mejorara las libertades, Europa se centró en las prioridades del control migratorio o la creación de un clima de inversiones.
Las bases esbozadas ayer conformarán la estrategia que presentará el día 11 la jefa de la diplomacia, Catherine Ashton, a los líderes de la UE, que se reunirán para planear su respuesta a los sucesos en el mundo árabe.
Clinton teme que Libia acabe como Somalia
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha reconocido que una de las grandes preocupaciones de Estados Unidos es que el país degenere en «una Somalia gigante», informa Reuters. «Ahora no es algo que veamos en perspectiva, pero muchos de los activistas de Al Qaida en países como Afganistán e Irak procedían del este de Libia, que ahora es la así llamada zona libre de Libia», dijo Clinton. También afirmó que la decisión de crear una zona de exclusión áerea en Libia no se adoptará en un breve plazo, sino que aún queda «una larga distanca» porque antes habrá que destruir sus defensas aéreas.
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