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El nuevo PSC tiende la mano a Mas contra la crisis si olvida los recortes

Navarro hace gala de su talante en aras de la renovación del partido

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, con Navarro y Carme Chacón
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, con Navarro y Carme Chacónlarazon

BARCELONA– «No te rindas, mañana verás que estarás en pie de nuevo. Algunas veces el mundo te derribará, pero verás quiénes son tus amigos. Vamos levántate otra vez». La letra de «Stand» de Lenny Kravitz, que sonaba cuando Pere Navarro subió al escenario, después de que el partido validara con un 83 por ciento de los votos la nueva ejecutiva, auguraba la que se le avecina al primer secretario del PSC.

Navarro se sirvió de un puñado de metáforas para explicar los retos que le esperan, entrenar al socialismo para que en la próxima contienda electoral tenga el músculo suficiente para echarle un pulso a la derecha –CiU y PP– y ganar. Tras incidir en los cambios que el PSC ha integrado en su XII congreso, en el que se ha votado en secreto el informe de gestión y por primera vez se ha elegido por separado al primer secretario y al resto de la ejecutiva, avisó de que sólo «estamos en el campamento base» y «nos queda una montaña muy alta que escalar». Por si no quedó claro, recurrió al mundo de los «castells», «tenemos la piña del 3 de 10» o al clásico «hemos plantado los cimientos, ahora queda construir el edificio».

Navarro prometió escalar la montaña, construir el «castell» o el edificio con «más transparencia, más apertura, personalidad propia y ambición, e independencia de criterio y de práctica política para Cataluña». En aras de la renovación, se ofreció a colaborar con CiU, sobre todo, para salir de la crisis. Los socialistas, dirigidos en el Parlament por Joaquim Nadal, se han mostrado reacios a colaborar con el equipo de Artur Mas el primer año de legislatura. Los recortes han tenido mucha culpa. Por eso, Navarro puso un pero a tender la mano a Mas, que no base la salida de la crisis exclusivamente en los recortes.

En un claro guiño a las políticas de izquierda, avisó que colaborará con el Govern sólo si evita que la crisis la paguen sólo los trabajadores y la clase media. Le animó a impulsar plíticas activas de ocupación y a garantizar el mantenimiento del Estado de Bienestar. El secretario adjunto de CDC, Oriol Pujol, invitado «fraternal» al cónclave tomó nota. También Alicia Sánchez-Camacho, que fue en nombre del PP, y Eduard López, representante de ERC, los dos partidos que bailan el agua a CiU con los presupuestos.

Uno de los primeros debates que afrontará la nueva dirección del PSC será decidir si presetan o no una enmienda a la totalidad del los presupuestos dibujados por el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, que el gobierno catalán aprobará mañana.

Navarro exhibió talante con el rival, la cúpula saliente, a la que agradeció su trabajo, sobre todo, a José Montilla, y su nuevo equipo, sobre quien recae el reto de reflotar al PSC. El congreso que ayer clausuró el PSC es el primero de tres. El PSOE también afronta una renovación, en la que participará Carme Chacón. La ministra de Defensa en funciones estuvo sentada al lado del nuevo primer secretario, con quien exhibió buena sintonía. Y, el 12 de febrero, le toca celebrar congreso a la Federación de Barcelona, que ha salido reforzada de este cónclave. Es la que ha colocado a más de los suyos en una ejecutiva que mantiene a Jordi Hereu. Tras protagonizar un pulso con la cúpula saliente, encara una nueva etapa con Daniel Fernández, uno de los suyos, como secretario de organización. No augura cambios en su dirección, renovada en 2008.