Educación
La calidad del profesorado por Emilio López Barajas
El sistema público es vital, ya que tiene que atender a quienes más lo necesitan, pero esta función del Estado, que debe ser subsidiaria, tiene que apoyarse en la iniciativa civil sin ánimo de lucro. El concierto es una fórmula que no merma la igualdad de oportunidades, es más económico, evita la dictadura de quien gobierna, y los ciudadanos están más contentos. Una sociedad multicultural así lo exige para respetar las libertades de las conciencias en la práctica. La reforma educativa, por otra parte, ha de tener presente que educar no es tanto una cuestión de técnica cuanto una forma de ser. La calidad de la educación depende principalmente del profesorado. El profesorado junto con las familias son las claves de la calidad educativa. La relación profesor – alumno es un factor a considerar pero no es el más importante. El factor humano, la calidad humana y profesional del profesorado es lo decisivo en la mejora de la reforma educativa.
El profesorado de Secundaria y Bachillerato, en concreto, necesita un refuerzo legal y moral en su autoridad con la finalidad de evitar que el clima del aula sea estresante, consecuencia de las ideas russonianas que han estado latentes aún en algunos agentes sociales, y este reto depende de la norma y de la colaboración de los padres.
La reforma ha de recuperar en sus fines educativos la noción de la verdad y el bien común, ya que sin valores esenciales no es posible estabilizar la vida personal y social, y menos aun la del clima de aula y del centro. El significado psicológico del aprendizaje se consigue en el aula relacionando con lo anterior, pero el significado lógico se alcanza relacionando con lo verdadero. La utilidad y el bienestar son valores, pero no pueden estar en la cumbre de la pirámide axiológica de los programas, ya que es un desorden. Quien deja de lado la cuestión de la verdad y la declara innecesaria amputa al hombre, le quita el núcleo de su dignidad. Si no existe la verdad, todo lo demás es arbitrario. Y, en consecuencia, la violencia es una hierba amarga que crece con facilidad.
Emilio López Barajas
Catedrático de la UNED
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