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Nueva batalla campal en el centro de El Cairo

Los militares disparan al aire para intentar dispersar a partidarios de Mubarak y manifestantes de la oposición que se enfrentan de nuevo con violencia en la plaza cairota de Tahrir, mientras el primer ministro egipcio, Ahmed Shafiq, se ofreció a acudir al lugar para dialogar con los manifestantes.

Partidarios y detractores del presidente egipcio, Hosni Mubarak, se están enfrentando de nuevo a pedradas en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, después de los enfrentamientos que ya se produjeron ayer y que han continuado durante la noche, dejando al menos seis muertos y cientos de heridos.

Un testigo presencial en la plaza explicó que la situación actual es de relativa calma, e indicó que los disparos que se han escuchado han sido efectuados por el Ejército para dispersar a los partidarios de uno y otro bando que volvían a enfrentarse.

Otra de las manifestantes pro democracia, Rola Ziada, confirmó que los soldados han disparado al aire, pero que los defensores del régimen no han hecho uso de sus armas desde la pasada noche.

"Los partidarios de Mubarak se han colocado en los accesos a la plaza Tahrir e intentan disuadir a los manifestantes que intentan entrar", señaló Ziada.

El canal de televisión catarí Al Yazira informó también de que los nuevos choques han causado por el momento unos 50 heridos. 

Mientras, Shafiq ofreció una rueda de prensa en la sede del Gobierno en la que explicó que anoche se puso en contacto telefónico con los manifestantes de Tahrir.

El primer ministro se mostró "dispuesto"a ir a la plaza, epicentro de las protestas desde hace diez días, para dialogar en persona con los ciudadanos que piden el fin del régimen del presidente Hosni Mubarak.

Según un testigo, los enfrentamientos, los peores desde que ha amanecido, se están registrando en una de las calles que lleva a la céntrica plaza, epicentro de las protestas para reclamar la dimisión de Mubarak. Al parecer, los detractores del presidente han llevado sacos con piedras a la línea de frente para repeler a los pro Mubarak.

Al menos seis personas han muerto en el centro de El Cairo y otras quince resultaron heridas por disparos hechos por desconocidos contra militantes de la oposición poco antes del amanecer, según la cadena qatarí Al Yazira. Los disparos con armas automáticas fueron hechos a partir de las 4.00 hora local (2.00 GMT), en un tiroteo que se prolongó por cerca de una hora.

Al Yazira agregó, citando testigos, que los disparos partieron desde tres lugares distintos próximos a la plaza Tahrir, epicentro de las protestas contra el régimen de Hosni Mubarak, en el poder desde 1981. Por lo menos en uno de los casos la víctima recibió un tiro en la cabeza, según la misma cadena de televisión, que indicó que antes de que comenzaran los disparos varios desconocidos cubiertos con pasamontañas fueron vistos en los alrededores de la plaza.

Al Yazira también señaló que el Ejército, que desde el viernes pasado se ha encargado de custodiar la plaza Tahrir, entró a la plaza con sus tanques, pero su interrupción no calmó los disparos hechos por desconocidos.Todo ello se produjo después de que miles de partidarios de Mubarak intentaran desde el mediodía de ayer ocupar la plaza Tahrir, donde se mantienen desde hace varios días manifestantes para exigir la renuncia de Mubarak.

El Ejército había pedido por la mañana que los manifestantes se retiraran del centro de El Cairo y volvieran a sus casas para así permitir a Egipto retomar la normalidad, en su primer mensaje de apoyo implícito al régimen. Los militares desplegados en Tahrir, que habían mantenido la seguridad en los pasados días, no intervinieron para evitar los choques hasta última hora de la tarde, cuando la situación ya estaba descontrolada y la plaza estaba ardiendo. La Policía también habría ayudado a la hora de no limitar el ataque contra los manifestantes como a organizarlo.

La sorprendente ola de violencia desatada en Egipto provocó una cadena de reacciones por todo el mundo. Desde EE UU, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, conversó con el vicepresidente de Egipto, Omar Suleimán, para condenar la violencia en El Cairo y pedir que se investiguen los hechos y se sancione a los responsables. Reino Unido, por su parte, mostró su preocupación, igual que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.

El mundo tiene sus ojos puestos en Egipto y los que están siendo sus ojos, esto es, la Prensa internacional, fue ayer el blanco de los manifestantes a favor de Mubarak. Los periodistas españoles de la Ser, TV3, «La Vanguardia» y «El Mundo» fueron golpeados. Incluso un periodista belga y cuatro israelíes fueron detenidos. Una contradicción en el día en que internet volvió a funcionar.

 
Incertidumbre por el Museo Egipcio
El famoso Museo Egipcio, donde se custodia la máscara del faraón Tutankamon, está en la línea de batalla más dura que se libra desde la tarde de ayer entre partidarios y detractores osni Mdel presidente Hosni Mubarak. Los enfrentamientos se concentraron en la plaza Tahrir, junto al museo, desde ayer tarde y proseguían al cierre de esta edición. Durante los choques, cócteles molotov alcanzaron el emblemático edifico que ha sobrevivido a más de 150 años de historia y a las guerras árabe-israelíes. Pero desde el principio de esta revolución, que entra hoy en su décimo día, el museo se ha visto amenazado. Cuando el viernes pasado el caos y la violencia cundieron en el centro deon en el centro de El Cairo, vándalos entraron en este complejo donde se guardan 120.000 objetos de gran valor, algunos de hasta 6.000 años de antigüedad. Dos momias y otras pieza fueron destrozadas en los pillajes de la semana pasada, aunque las autoridades competentes, eel Consejo Superior de Antigüedades, han dicho que podrán ser restauradas.

Mientras, los muesos de todo el mundo están en alerta por si aparecieran objetos saqueados durante los momentos de confusión que se vivieron en los a
Su céntrica ubicaci´n hacien qvieron en los alrededores del Museo Egipcio. Su céntrica ubicación hacen que los egiptólogos se sientan preocupados por el destino que pueden correr los tesores faraónicos del mayor almacén de arte egipcio.

El Ejército se habría encargado desde el principio de salvaguardar el museo. Incluso los propios manifestantes que han acampaado en sus puertas los pasados días. Pero ayer el edificio quedó desprotegido y la violencia llegó a sus puertas, aunque afortunadamente se quedó en el jardín, donde impactaron los artefactos explosivos y prendieron algunos fuegos que finalmente fueron controlados. Informa Francesca Cicardi