
Iglesia Católica
Retos por venir

La venida del Santo Padre ilumina a todos los hombres y mujeres de bien con la luz de la verdad. Nuestro presente, marcado por la sombra del relativismo beligerante y el pesimismo de la intensa crisis, es alumbrado por el sucesor de Pedro con sus palabras de amor y esperanza. Este mensaje penetra profundamente en los corazones de los jóvenes profesores universitarios, deseosos de alcanzar la libertad de la verdad.
La universidad se convierte así en el espacio idóneo para conseguir este objetivo, profundizando en el diálogo fe-razón. Estos centros del saber, nacidos del corazón de la Iglesia, deben ser, según el Magisterio de Su Santidad, focos de caridad intelectual que evangelicen al orbe entero.
Los educadores cristianos estamos llamados a dar un testimonio firme, coherente y valiente de nuestro compromiso con el humanismo cristiano, dentro y fuera de las aulas. La defensa de la dignidad de la persona humana, la transmisión de los valores cristianos, y la construcción de un mundo nuevo sobre los grandes pilares de la paz, el amor y la solidaridad son algunos de los grandes retos del profesor católico del siglo XXI.
En el gozoso encuentro con la comunidad universitaria cristiana en El Escorial, el Papa nos invitó a afianzar nuestra identidad y potenciar nuestra misión, y todo ello sin miedo, en comunión con la Iglesia y, siempre firmes en la Fe. Nuestra gran mística, Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia, nos describe el camino: «Nada te turbe, nada te espante; quien a Dios tiene, nada le falta; sólo Dios basta».
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