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Los escándalos se multiplican por Carmen Gurruchaga
La llamada «operación Campeón», la trama presuntamente corrupta en la que se investiga al ex ministro socialista José Blanco, se extiende como una tela de araña y afecta ya a más de 40 personas en diferentes puntos de España. Durante el mes de marzo, incluido el día de la huelga general, el Supremo tomará declaración a algunos imputados y testigos entre los que estará el alcalde catalán de Sant Boi, Jaume Bosch. En este caso, Blanco podría haber incurrido en posibles delitos de tráfico de influencias y cohecho, en base a los numerosos mensajes que envió a Orozco sobre la licencia para una nave en esa localidad. Milagrosamente, y sin que Orozco pidiera la intervención de Blanco en el asunto, a los pocos días recibió una llamada del secretario de Estado de Transportes y ambos mantuvieron una reunión con Bosch, que le facilitó la ansiada licencia.
El empresario farmacéutico Jorge Dorribo, que es quien relaciona a Blanco con la trama, asegura que también entregó dinero haber entregado al alcalde de Lugo a cambio de la legalización de algunas construcciones no legalizadas. Lo cierto es que, casualidad o no, una vez que los socialistas han dejado de controlar los aparatos del Estado para utilizarlos en beneficio propio y contra el PP, han empezado a aflorar presuntas corrupciones protagonizadas por dirigentes socialistas. A lo expuesto arriba hay que añadir la dársena del puerto de Málaga, la segunda imputación del alcalde malagueño de Alcaucil detenido nuevamente por la modificación fraudulenta del catastro dentro del «caso Arcos». Asimismo, el cuñado de Patxi López, dirigente socialista en Vizcaya, ha sido acusado de defraudar a Hacienda y el peor caso de todos, el de los ERE andaluces con ramificaciones de todo tipo, cifrado en más de 1.400 millones.
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