Más sombras que luces

Es cierto que se han adoptado algunas medidas durante este año, pero la realidad es que hubiera sido mejor que se adelantaran las elecciones. Zapatero estaba en su derecho a no hacerlo. Nadie lo discute y cuenta con apoyo parlamentario suficiente, ya que los nacionalistas siempre apoyan al Gobierno, previo «pago», como hemos podido ver desde la transición. Hay que reconocer su pragmatismo. No hay «amor» sino intereses. La parte positiva es que se produjo una intervención europea encubierta que acabó con las frivolidades del equipo económico que encabeza Salgado. No se produjo, afortunadamente, un rescate, pero nadie puede negar que Alemania, Francia y Estados Unidos impusieron una serie de medidas. La economía española sigue mal, aunque estaría mucho mejor sin la vicepresidenta económica. Una victoria del PP hubiera traído aires nuevos y, sobre todo, una mayor confianza. Ahora tenemos un Gobierno que está instalado en la provisionalidad y un PSOE preocupado tanto por la previsible derrota del 22-M como en la sucesión.