San Antonio

San Agustín Bueno mártir

La Razón
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Leganés, Pinto, Villalvilla, Velilla de San Antonio y San Agustín del Guadalix. Será más fácil que Fomento rectifique sus carteles en la A-1 y ponga «Del Guadalix» a que este ayuntamiento no se convierta en el quinto en cambiar de alcalde antes de 2011. El marcador PP y PSOE estaba empatado: Leganés y Pinto comenzaron populares y acabarán socialistas mientras que Villalvilla y Velilla hicieron el camino inverso. Empate a dos hasta que el día 12. San Agustín rompe las tablas.El panorama es fácil de explicar y difícil de entender: fácil porque las elecciones las ganó un partido (PP) pero la legislatura la acabará otro (PSOE) y difícil porque entre medias hay todo un lodazal de traidores que lo mismo valen para IU en un municipio, para el PSOE en otro o para ser ahora un tránsfuga pata negra; intereses de una veleta que lucha más por una plaza fija para la niña que por el interés general; o vecinos empadronados de última hora y sindicatos de abajo firmantes con lealtades sospechosas.Se supone que el Pacto Antitransfuguismo evitaba esto. Pero no es cierto. Hecha la ley hecha la trampa. ¿Que un concejal de uno de los dos grandes partidos no puede pactar con un tránsfuga? Pues nada: se deja la disciplina del partido en cuestión y se sella la alianza con el traidor de turno al que ya ninguna dirección regional le puede toser. Y aquí pacto y después gloria. Sin embargo en San Agustín como en Dinamarca hay algo que huele a podrido: ¿por qué los censores presentan la moción cuando apenas quedan once meses de legislatura? Entre las vacaciones y la disolución son seis meses útiles. ¿Por qué no encabeza la moción el partido independiente AISA que aporta 3 concejales al nuevo tripartito de 7 ediles? Son la formación más numerosa. Pero sobre todo: que alguien me explique si Tomás Gómez les ha echado del PSM como dice él o si se han ido solitos como dicen ellos. Hay días que no puedo con tantas dudas.