Estreno

Un malo que se sale de la pantalla

El animador Sergio Pablos revela cómo se gestó en 3D «Gru, mi villano favorito»

Un malo que se sale de la pantalla
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Una noche, dando vueltas en círculo por el despacho de su casa, se le encendió la bombilla. «¿Por qué no crear un villano que no tenga una razón para serlo, es decir, que sea malo porque sí?», se preguntó Sergio Pablos. Ya tenía la génesis, el gérmen de un proyecto. Pero no era suficiente: «A veces, las ideas son buenas pero necesitan un contrapunto». Volvió a dar vueltas en círculo por su despacho y, algunas noches después, surgieron tres pequeñas niñas que se convertirían en el verdadero conflicto del villano. «En ese momento supe que la premisa podía funcionar, porque pones al malo en un brete», explica el guionista. Este fue el comienzo de «Gru, mi villano favorito», una idea original del animador español Sergio Pablos que llega ahora a los cines.

Éxito precoz
Llegados a este punto, el animador «sólo» tenía que convencer a los demás. Y lo consiguió en la primera reunión. «Decidí hacer una presentación visual con un show de diapositivas. El peor fracaso en estos casos no es que no guste, sino que no se entienda. Soy dibujante. Tenía que aprovecharlo», explica. Llegaron a EE UU y besaron el santo. Universal se interesó mucho por este malvado y ya no se lo ofrecieron a nadie más. «Fue crucial poder acceder a las personas indicadas. Normalmente, los proyectos terminan en la papelera de gente que no decide, y no queríamos que ocurriera eso con "Evil Me"». Efectivamente, éste era el primer nombre de la película, «pero fue rápidamente descartado porque los padres podían asociarla con el eje del mal definido por George Bush».
No fue el único cambio («desde un primer guión todo puede variar», dice), aunque el gérmen, este nuevo tipo de villano, se mantuvo: «Gru siempre estuvo ahí. El que más se transformó fue el antagonista. Yo quería que fuera un bueno al estilo de James Bond», confiesa. Con más o menos cambios, su idea triunfó y, así, la animación española tiene un motivo más de orgullo.


Entre cine de autor y el «mainstream»
A pesar de los cambios que su guión sufrió, Pablos no cree que «el proyecto se haya prostituido». De hecho, el animador confiesa que «lleva años concibiendo proyectos y éste es el primero que ve la luz». Y es que Pablos no encontraba el punto medio necesario: «Al principio, mis ideas eran más de autor y fracasé, porque hay que tener un nombre para poder permitirse ese lujo. Pero después me pasé al otro extremo. Presenté un proyecto de película coral de animales, algo muy comercial. Les gustó,
pero no me sentía involucrado, y lo abandoné». Ahora ha encontrado su punto: «La animación es colaborativa, pero no puedes dejar que estropeen tus ideas. En este caso, estoy muy satisfecho».