Sao Paulo
Fortaleza: Brasil al son del «forró»
La capital del estado brasileño de Ceará presume de playas de infarto, riqueza artística y cultural y una apasionante vida nocturna a ritmo de la lambada propia del lugar
Aguas tibias y cristalinas, sol fuerte y arena. Mucha arena dando forma a playas infinitas y dunas formidables capaces de ocultar el mar. Arena con efecto de aguja cuando sopla el viento, que es muy a menudo, y que es además uno de los elementos que más y mejor condiciona el ocio y el turismo de la zona. Estamos en Ceará, estado brasileño al noreste del país que resulta el destino ideal para quien quiere desconectar de verdad. No es para menos. Aquí se llevan las chanclas, las bermudas, las tablas de surf y los protectores solares. Y las caipiriñas con miel. Y no están de moda los relojes ni los calendarios. Se nota que estamos pegados a la línea de Ecuador y se sienten los efectos de su clima tropical.
Bastan un par de días para comprobar que es mucho más importante saber cuándo sopla y de dónde viene el viento –el que hará volar sobre un mar agitado a los aficionados al kite surf–, al día de la semana en que vivimos. Y si no tiene espíritu surfero puede soltar adrenalina dando tumbos y probando qué se siente a bordo de algún «buggy» de alquiler, devorando horizontes de arena como si estuviera en un París Dakar.
Canoa Quebrada y el parque nacional de Jericoacoara (o «Jeri», como lo llaman quienes viven aquí) son dos opciones perfectas para saborear este Brasil tan especial: dos pueblos pequeños y acogedores, con restaurantes recoletos, noches tranquilas que arrullan al viajero (pero también con una razonable vida nocturna), ausencia de resorts y playas de cocoteros no masificadas.
Alucinante la bellísima playa de Canoa Quebrada, que forma un bellísimo y accidentado ángulo recto con los acantilados de piedra rojiza que la limitan en algunos tramos. Y no menos espectacular resulta la puesta de sol en Jeri: desde la gran duna a la que por algo llaman «Portas do Sol» se contempla uno de los atardeceres más bonitos de Suramérica. Además, sus gentes son encantadoras y amables, sus precios no se han desorbitado y cuentan con opciones de alojamiento para todos los bolsillos.
Tanto Canoa Quebrada como Jericoacoara son accesibles desde Fortaleza (a unas tres horas de distancia) y merece la pena visitarlos no sólo por sus maravillosos dones (corren el riesgo de desear quedarse… y no poder hacerlo) sino como contrapunto al rascacielos y la movida de la moderna capital.
Sede del Mundial
Fortaleza, la capital de Ceará, será, por cierto, una de las sedes del próximo Mundial de Fútbol. La urbe tiene como principal icono la kilométrica playa urbana de Do Futuro, su particular Copacabana. Es la preferida por los bañistas locales y los viajeros nunca pasan de largo. Lo mejor llega cuando cae la tarde y Do Futuro empieza a prepararse para otra noche de movida brasileña.
Pueden reponerse de su agotador día de sol con una buena cerveza helada en cualquiera de las terrazas que salpican el paseo marítimo. Es buen momento para echar un vistazo e ir eligiendo restaurante donde cenar. Cómo no, aquí mandan los pescados y mariscos autóctonos en deliciosos platos donde se pueden apreciar influencias indígenas, portuguesas y africanas. Y de postre, discoteca y «forró». El «forró» es esa especie de lambada que aquí se repite en casi todos los locales, un género musical y una danza propios del noreste brasileño. Acostúmbrense al nuevo ritmo y acompáñenlo con alguno de los cócteles típicos.
Fortaleza tiene además un interesante pasado histórico y una sorprendente riqueza cultural que en buena medida se manifiesta en la arquitectura de sus iglesias, plazas, edificios antiguos y fuertes militares con solera. Podrán rastrear el origen de la ciudad en uno de ellos, el más famoso, sin duda, la Fortaleza de Nuestra Señora de la Asunción, construida a mediados del siglo XVII por la expedición holandesa que fundara la ciudad y que acabó dando nombre a la ciudad. Visiten también el Palacio de la Luz, una bella construcción de estilo clásico (siglo XVIII), y la gótica catedral Metropolitana.
Pero Fortaleza también tiene su cara moderna. Buen ejemplo de ello es el centro de Arte y Cultura Dragao Do Mar. Indispensable recorrer la avenida Beira Mar hasta el puente de los ingleses (aquí tienen otro atardecer para recordar), en la playa de Iracema. Podrán detenerse, curiosear y hacer alguna compra (ropa, zapatos, bolsos, cuadros, todo tipo de telas, encajes y abalorios…) en la feria de artesanía que se instala cada tarde frente al club náutico. Y podrán contratar alguna de las excursiones en barco que ofrecen, mar adentro, una bellísima panorámica de la ciudad. La foto es única.
>> Cómo llegar. Iberia comienza a volar a Fortaleza el 1 de febrero con tres vuelos semanales por sentido en la ruta Madrid-Fortaleza-Madrid los martes, viernes y domingos. Además, la compañía ofrece otros cuatro vuelos a la semana vía Sao Paulo, y en código compartido con GOL.
>> Oferta. En Iberia.com, donde se encuentran las mejores tarifas, se pueden comprar billetes de ida y vuelta a Fortaleza desde 760 euros, precio final. Además, comprando en la web hasta el 31 de mayo se obtiene el doble de puntos Iberia Plus. (Precios vigentes al cierre de esta edición).
>> Más cómodo: En esta ruta Iberia ofrece la clase Business Plus, con butacas que se convierten en camas y un espacio personal de 2,20 metros.
>> Menos trámites: En iberia.com se puede obtener la tarjeta de embarque desde el día anterior hasta dos horas antes del vuelo. En la web de Iberia encontrará también «Una mirada a su destino», un portal con toda la información necesaria sobre los requisitos de entrada a cualquier país, además de una completa guía de viajes.
>> Más información: En iberia.com, Serviberia (902 400 500), oficinas de Iberia y agencias de viaje.
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