África

Bruselas

Obama presiona para que se ceda el mando a la OTAN

Las discrepancias entre los socios de la OTAN, y entre la coalición de países que participan en la campaña contra Muamar Gadafi, no dieron ayer tregua a pesar de los encuentros y cruce de propuestas. Los 28 países de la Alianza fueron incapaces tras otra reunión de ponerse de acuerdo sobre su participación en el mando y control de la misión para bloquear el espacio aéreo libio.

CAMERON se reunió ayer con el general Petraeus en Downing Street
CAMERON se reunió ayer con el general Petraeus en Downing Streetlarazon

Los socios sí lograron dar el visto bueno al bloqueo naval para impedir la llegada de armas y mercenarios al dictador, una intervención que ya había quedado encaminada con el desplazamiento de una fuerza naval de los aliados a la zona para tareas de vigilancia, que aprobaron hace dos semanas. Para salir de la situación de bloqueo, Francia propuso crear una dirección política que se ponga al frente de la misión, que ha ensanchado los objetivos de exclusión aérea y protección de civiles aprobados por la ONU hasta desarrollar una intensa campaña de bombardeos. El ministro de Exteriores galo, Alain Juppe, expuso en la Asamblea Nacional que ha sugerido a Gran Bretaña, el otro socio más intervencionista en la crisis libia, este «liderazgo político» que «bajo la responsabilidad del Ministerio de Defensa (francés)» utilizará «las capacidades de planificación e intervención de la OTAN».

De esta manera, se realiza la cuadratura del círculo al gusto del hiperactivo Nicolas Sarkozy, que ha sacado pecho en esta crisis para curarse de los tropiezos en las encuestas y por su mala gestión del alzamiento democrático árabe. Por una parte, Francia mantiene el mando, incluye a los británicos y posiblemente a otros socios en las decisiones, y utilizará el músculo y la experiencia que necesita de la OTAN para la gestión. Una cuadratura que tiene más de solapamiento que de coordinación, pero que pretende salvar el bloqueo de Turquía.

Las resistencia a la participación del único aliado de población musulmana– en la zona de exclusión aérea –endurecida tras los primeros días de bombardeos sobre Trípoli–, impidió a los embajadores de los países alcanzar ayer un acuerdo sobre la involucración de la OTAN, considerada clave por las posibilidades que ofrece para dirigir la compleja aplicación del bloqueo aéreo.

 La necesidad de la participación de la Alianza se incrementó desde que el lunes ya empezara a manifestarse una clara brecha entre los países que participan en los ataques desde el aire, no sólo sobre quién ostenta el liderazgo, sino también sobre si se está respetando el espíritu de la resolución del Consejo de Seguridad por la belicosidad de la intervención.

 Francia no quiere que la OTAN asuma el control de la operación «Odisea al Amanecer» por la mala imagen que tienen los aliados entre los árabes tras Afganistán, y por un Sarkozy reticente a ceder el protagonismo que ha mantenido desde los preparativos.

Sin embargo, Italia lanzó a la coalición una amenaza velada: pretende retirar el apoyo de sus bases militares, fundamentales por su proximidad a Libia, si se continuaba con la situación de caos en el mando, con un Estados Unidos que de momento manda pero que ha avisado que se quitará de la primera línea «en cuestión de días».


La Alianza participará en el bloqueo naval
Respecto al bloqueo naval, al frente sí se situará el máximo responsable militar de la Alianza, el almirante Stravridis, y se llevarán a cabo operaciones para «vigilar, informar y, si fuera necesario, intervenir embarcaciones sospechosas de llevar armas o mercenarios», informó el secretario general, Anders Fogh Rasmussen, quien añadió que las tareas se desarrollarán en cooperación con los barcos comerciales y las organizaciones regionales. Indicó que la OTAN ha completado los planes para ayudar en la aplicación de la zona de exclusión aérea.