Copa del Rey

Sevilla

Que viva España

La Razón
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Ése sería el resumen de la primera jornada de la final de la Copa Davis. No soy gran aficionado al tenis, pero como ya he dicho, hay acontecimientos que están por encima de lo que se juegue. Llegué temprano al Estadio Olímpico, quería disfrutar del ambiente; comprobé una buena organización, muy bien aprovechado el césped del campo, que incluye, aparte de las pistas, palcos y gradas centrales, hechas especialmente para este trofeo, el aprovechamiento de las gradas del estadio, con lo que el aforo es inmenso. Además, estaba totalmente lleno. Saludé al alcalde, señor Zoido, que estaba muy contento; le sobran razones para estarlo. Esperaba al Rey, que ha querido apoyar al tenis, a Sevilla y a Andalucía. Además ha venido como un aficionado más, nada de palcos, ni zonas acotadas. Se situó en la grada principal y en medio del público. Son los detalles de un soberano con 36 años de buen reinado a sus espaldas. Estuve con Javier Arenas, acompañado de Macarena Olivencia, su extraordinaria esposa. El premio al más torpe y sectario lo ganó con todo merecimiento el presidente de la Junta de Andalucía, señor Griñán. No ha acudido, como era su obligación institucional de acompañar al Rey, a la inauguración de este espectáculo deportivo, despreciando a los sevillanos y a los andaluces que entienden que un acto de esta magnitud es bueno para todos y más para el turismo, principal fuente de riqueza de esta tierra. En su torpeza le ha hecho el favor de su vida a su adversario, el señor Arenas, en las próximas elecciones andaluzas. No faltaron los Duques de Alba, siempre con Sevilla, ni por supuesto Curro Romero y Carmen Tello, que habían celebrado la noche anterior el cumpleaños del Faraón. Nombrar a las muchísimas personalidades asistentes daría para dos artículos. Nadal, como siempre, triturando a su rival. Qué de banderas de España, llevando estampados los nombres de Bilbao, Huelva, Lleida, Vigo y casi todas las ciudades españolas. Cuántos vivas a España, cuánta alegría. ¿Por qué casi sólo nos sentimos orgullosos de España, de su bandera, de su himno, en los grandes acontecimientos deportivos? De todas formas, qué bien suena «Viva España» gritado por miles de voces mientras ondean las banderas.