Murcia

OPINIÓN: Es tiempo de Esperanza

OPINIÓN: Es tiempo de Esperanza
OPINIÓN: Es tiempo de Esperanzalarazon

Ante un clima quizás pesimista o fatalista, que puede acechar al hombre de hoy, absolutamente necesario inyectar esperanza y anunciar salvación. Como el agricultor no llora la desaparición de la semilla o del grano en el surco, sino que se alegra en la espera de la espiga, así el creyente está llamado a no obsesionarse con la muerte o el Juicio Final, los sufrimientos o la persecución, sino a creer y esperar una vida que sabe eterna. Por eso es prudente hacer juicios catastrofistas sobre la sociedad que nos toca vivir, y lamentarnos del futuro que nos espera, que hoy es preciso anunciar con fuerza y proclamar esperanzados la Buena Noticia de Jesucristo: «Yo he vencido al mundo, yo he vencido a la muerte... ni un cabello de vuestra cabeza perecerá». No engaña Jesús a su Iglesia con días de vino y rosas, sino que alecciona a los apóstoles ante una historia llena de dificultades y luchas, y les anima a perseverar. Jesús tranquilizó entonces a sus apóstoles, y hoy esas palabras se proclaman para nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI: «No tengáis miedo cuando oigáis noticias de guerras y revoluciones, porque la vida sigue», «Os echarán mano, os perseguirán... así tendréis ocasión de dar testimonio», «Yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro». El creyente «descansa en Él», seguro de que la historia personal y general la conduce a buen puerto. Pero esta seguridad no puede llevarnos a la paz burguesa de la inacción, sino al testimonio de vida, como hizo San Pablo: esta seguridad le dio alas para no instalarse, para recorrer comunidades, para soportar trabajos, cárceles, noches sin dormir... No hay mejor signo de tener asegurada la vida para la eternidad, que poder entregarla, compartirla y perderla cada día con y por los hombres nuestros hermanos: «Llevando siempre en nuestro cuerpo el morir de Jesús... Entregados a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal, de modo que la muerte actúe en nosotros, y la vida en vosotros…». La experiencia vivida en Compostela con 45 universitarios en torno al sepulcro del apóstol Santiago, y con la presencia del Papa como «peregrino de la Fe», me invita a la esperanza. ¡Hay futuro! Dios sigue actuando en la historia. Muchos de estos jóvenes han descubierto la cercanía de Jesucristo y quieren ser sus testigos valientes. Hoy es el Día de la Iglesia Diocesana -porción particular de la Iglesia universal- y, a nuestro Pastor, debemos hacer resonar con fuerza en nuestros corazones las palabras de Jesús en Galilea cuando, resucitado, asciende a los cielos y nos encarga la misión de evangelizar a todos los pueblos: «No temáis. Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo». ¡Ánimo… y al tajo!, sin miedos ni complejos.


Luis Emilio PASCUAL. Capellán de la UCAM