Puig y Calabuig sondean a la militancia para liderar el PSPV

Valencia- El lermismo «de pata negra», como se les conoce a los más directos afectos de Lerma, está sondeando al partido para estimar las posibilidades de dar un vuelco a la dirección política, tanto en la Comunitat como en la ciudad de Valencia.

Ximo Puig, diputado nacional y alcalde de Morella, mantiene constantes reuniones con sectores del partido para valorar sus fuerzas y sus probabilidades. Hoy mismo se verá con José Luis Ábalos, en Madrid, donde ambos comparten grupo en el Congreso de los Diputados.

A Puig le está animando para dar este paso su «familia» de toda la vida, es decir, los lermistas, y la ex ministra Leire Pajín, después de haber descartado ésta la posibilidad de potenciar al ex alcalde de Elche, Alejandro Soler, tras perder la alcaldía en las pasadas elecciones municipales.

El de Morella ya se enfrentó con Alarte en el XI Congreso del PSPV en el año 2008 y en aquella ocasión perdió la elección por un ajustado margen. Ahora, una opción contraria a Alarte podría aglutinar a la familia que represente (en esta caso, el lermismo) y a los descontentos con el actual secretario general, que cada vez son más.

La maniobra, de cristalizar, incluiría una ofensiva en dos frentes. Por una parte, el «país» en la opción de Puig. Por otra, la ciudad de Valencia cuya dirección política aspiraría a dirigir el actual portavoz del PSPV en el Ayuntamiento, Joan Calabuig.

De producirse, la batalla en la ciudad de Valencia entre el actual secretario general, Salvador Broseta, y su oponente Calabuig, sería «incruenta» como la rendición del rey Zayyán ante Don Jaime I, dada la superioridad numérica del cristiano, en este caso, del lermista. La designación de Calabuig como candidato a la alcaldía en la lista socialista de 2011 ya auguraban un corto recorrido a Broseta.

El portavoz socialista, al igual que Puig, está manteniendo constantes reuniones y se está haciendo ver más incluso de lo que su condición de portavoz le confiere habitualmente.
Calabuig ha acudido a todas las cenas de Navidad posibles, organizadas por las distintas agrupaciones socialistas de la ciudad de Valencia, y no ha ido de la mano del secretario general, sino absolutamente a su aire. Contaría además con el apoyo del sector de Chacón, dada la afinidad de los lermistas con la ex ministra.

Pero, si la catalana no obtuviera buenos resultados en su enfrentamiento con Rubalcaba, Calabuig esgrimiría su antigua amistad con Elena Valenciano, directora de campaña electoral de Rubalcaba, para ganarse los favores de éste.