Barcelona
Iggy Pop sigue incombustible
Cerca de 7.000 personas disfrutan en Barcelona de su regreso con los Stooges
BARCELONA– No habían pasado ni cuatro canciones cuando Iggy Pop, icono de los heroicos tiempos de la música de garage a finales de los 60, punk antes que los punks, subió al público al escenario. «Estoy solito» gritó y animó a la gente a subir y bailar con él. No tardaron ni dos segundos en saltar las vallas de contención y querer ser estrellas por un día. Alguno lo hizo con demasiado ímpetu y se pegó un buen tortazo, aunque disimuló bien. Al final, había tanta gente sober el escenario que los de seguridad tuvieron que poner freno al caos.
La adrenalina y la sensación de fiesta salvaje no han abandonado a la iguana de Detroit. A las 21.00 horas saltó al escenario hecho un toro. Como siempre, a torso descubierto, y empezó su arsenal de brincos y contorsiones. Muchos lo llaman abuelo, pero no hay muchos abuelos que hagan cosas así. Empezó con un enérgico «Raw Power» y la gente se dejó hipnotizar desde el primer momento por el carisma pasado de vueltas de este superviviente de la era dorada del rock.
Al segundo tema, ya se tropezaba con el cable del micrófono, pero es ágil, es una iguana, si le cayese un edificio encima saldría por el único hueco de los escombros. Con «Search & Destroy», la locura ya era totalmente contagiosa. Era el gran cabeza de cartel de la primera jornada del Festival Cruïlla, que se celebra en el Fórum de Barcelona, y eso se notó ya desde que abrieron las puertas a primera hora de la tarde. A una gran mayoría le importaba poco la programación de los otros tres escenarios, preferían esperar frente al Estrella Damm. Tomar esta decisión tuvo premio, ya que pudieron bailar al ladito de la iguana.
Hora y media sin pausas
No había pasado ni una hora cuando sonó «I Wanna Be Your Dog» y se desató la euforia colectiva. Su voz a veces se tuerce, su piel a veces se cae, pero está clarísimo que su carisma sigue intacto. Con «No Fun» increpó al público, tenía que cantar más, tenía que saltar más, tenía que divertirse más, y le hicieron caso. Y así se hizo de noche y se encendieron los focos y el espíritu del rock & roll regresó. «Creo que puedo decir buenas noches», dijo Iggy y tenía razón, fue una gran noche.
Antes, el festival se abrió frío y árido, con poca gente en el recinto del Fórum. Julieta Venegas no congregó ni a mil personas, aún así entregada al máximo a su pop «naïf» y folclórico, versión de «Sin documentos», de Los Rodríguez incluida. Con «Me voy», el público empezó a cantar con ella y a recordarle que, en el fondo, es una estrella de la música. Se acordó de la crisis de México, de la crisis de aquí, de la crisis de todos lados y dijo que hay que vivir el momento, lo que hay que vivir la crisis de todos los lados.
Algo más divertidos estuvieron Tiki Phantoms, que hicieron subir a una chica del público a una colchoneta de piscina e ir por encima de las cabezas del público. Estos se lo pasaron en grande, pero la pobre chica no tanto, a punto de caer en infinidad de ocasiones. Hoy el festival vive su segunda jornada, con The Specials, M.I.A y Cypress Hill.
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