Mónaco

Fútbol Bernabéu y Fraga

La Razón
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L16 Honradez
En tiempos de la televisión en blanco y negro estuve cerca de don Manuel Fraga en algunas ocasiones. El fútbol, por cierto, le aburría soberanamente. Una vez, en el palco de honor del Santiago Bernabéu, echó una reparadora cabezadita. Don Santiago, a su vera, susurró:
–No le despierten, por favor.
Va de anécdota. Se celebraba la Semana de España en Mónaco. El acto cumbre popular era el partido amistoso entre el Real Madrid y el Mónaco. Al llegar a Niza, para comentarlo, llamé, como se me había indicado, a don Manuel.
–¿Qué hace usted ahí, si el partido es aquí, en Mónaco? –se extraña.
–Las dietas de TVE no me permiten alojarme en Mónaco, don Manuel –le explico.
Me ordena:
–Coja usted un taxi, ¡ ya!; le espero en el Gran Hotel. No tarde.
Llego al tantas veces cinematografiado hotel. En la puerta, paseándose arriba y abajo, don Manuel:
–Tenga, la llave de su habitación.
–Don Manuel, que vengo con poco dinero –le repito.
Lacónico:
–No se preocupe por eso –me tranquiliza.
Celebrado el partido, me despido de él. Me entrega un sobre.
–El importe del taxi y la factura del hotel –me dice–. Cuando se lo pague TVE, me lo lleva al despacho. Procure que sea mañana.
En TVE, Luis Ezcurra, a la sazón director de la primera cadena, desdeña jocosamente la factura. «Cosas de don Manuel, ni caso, Miguel». ¡Ni caso! ¡Jo! A las 48 horas, por teléfono, la asargentonada voz de don Manuel:
–Yo entrego las notas de mis gastos de viaje enseguida. Como debe ser. ¿Usted no? –me endilga.
Luis Ezcurra, naturalmente, autoriza «ipso facto» el pago.
Otro día, muerto ya Franco, don Manuel, en un «sonado» almuerzo con periodistas, hablando de política, se acalora con un comensal.
–Mire, joven –lo era entonces; hoy ya no–. Antes, con Franco, como ahora con la democracia, yo he servido siempre a España. ¿Lo entiende? ¡España! España, entérese de una vez por todas, joven, ha sido, es y seguirá siendo mi único régimen, mi única ideología y mi único deber. ¡España, joven, España!
Leal, siempre, a su conciencia y a España y honrado, también siempre, con su conciencia y con España. ¿Colérico? Sí. Pero honrado. ¿Irascible a veces? También. Pero honrado.
–Qué mezquinos somos –me comenta con tristeza un político jubilado–: algunos juzgan a Fraga sólo por su carácter, que sólo a él le perjudicaba, obviando intencionadamente sus muchos y muy positivos hechos políticos para España, para los españoles y para todas las ideologías.
Podría contar muchas anécdotas. A mí, en 1966, no me echaron de TVE gracias a él, y eso que no tenía ni idea de quién era yo.

X18 Triple M
Florentino sentó en el palco a tres ministros, o sea la «Triple M», de Rajoy: Margallo (Exteriores), Montoro (Hacienda) y Morenés (Defensa).
Cuando Abidal marca, comenta un convecino de asiento:
–Chufla de los catalanes al canto, ya veréis: el Real Madrid, otra vez el equipo del Gobierno, y ni aun así.
Y Pepe, encima, maculado de por vida como «jurásico peligroso con botas», que leo. ¿Por qué, Pepe, ese deliberado y alevoso pisotón a Messi?
El insigne señor Mourinho tal vez gane la Liga y la «Champions», ojalá, pero su contribución al «desseñorío» del Real Madrid es cada vez más notoria. Y ahora lo de Pepe.
El dedo de Mourinho en el ojo ajeno y el pisotón de Pepe a Messi: dos manchones para la historia del Real Madrid.