Literatura

Literatura

Serrano

La Razón
La RazónLa Razón

La calle de Serrano se parece más, tras su reforma, a la calle que José Salamanca quiso para su nuevo barrio, incluso lo que llegó a ser hasta bien entrado el siglo XX: una calle para pasear, mirar escaparates y asomarse a la vanguardia de la moda. El proyecto, que tanto sudor y pérdidas ha causado a vecinos y comerciantes durante su realización, es ahora el regocijo de unos y otros cuando las obras son ya historia. En Serrano estuvo la estación del primer tranvía tirado por caballos, los palacetes más suntuosos de la época y en ella vivieron personajes tan notables como Cánovas, Arniches, Falla, Pardo Bazán, Gregorio Marañón, Castelar, Azaña, Galdós, Muñoz Seca o Dato. Y en ella empezaron a establecerse, cincuenta años después, los modistos, diseñadores y creadores de la élite mundial. Hoy ya no es esa vía congestionada, de aparcamiento anárquico. Tras las obras no llega a ser un bulevar, pero se le parece; el coche pierde protagonismo en favor del peatón. Se reestrena como escaparate de la moda y la vanguardia; una calle histórica que en un futuro muy cercano llevará la alta velocidad por dentro, el túnel que conectará el AVE entre Atocha y Chamartín.