Nueva York

Afganistán termina con Jones

El general James Jones le transmitió al presidente Barack Obama su dimisión justo después de llegar el lunes pasado de su viaje a Rusia. Fue entonces cuando el equipo de la Casa Blanca empezó a moverse de forma rápida para hacer que esta decisión pareciera oficial. Pero lo cierto es que no lo esperaban

James Jones
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Tampoco ha sido una sorpresa. Todavía así, desde la Casa Blanca se insiste en que esta salida forma parte de los cambios clave de la segunda fase de la primera legislatura del demócrata.

Ayer, desde el Jardín de la Rosaleda el presidente Obama indicó que «he confiado cada día en mi consejero James Jones» mientras detalló las batallas que el general ha librado por su país. Sin embargo, el veterano nunca ha encajado del todo en la Administración Obama, donde cada día se hace más patente la división entre el equipo de guerra en la cuestión de Afganistán. Y es que la estrategia de cómo llevar a cabo la ofensiva falla y crecen las tensiones.

Ejemplo de las tiranteces que crea el conflicto bélico fueron las declaraciones del general Stanley McChrystal a la revista «Rolling Stone». En la entrevista –que costó el puesto al alto comandante para Afganistán– Jones era calificado de «viejo dinosaurio».

Divisiones por la guerra
Además, la dimisión de Jones viene después de la publicación del libro del prestigioso periodista de «The Washington Post» Bob Woodward, donde se pone de manifiesto la poca sintonía entre James Jones y el resto del equipo de la Administración Obama.

Aun así, el presidente de EE UU quiso indicar que «estoy muy agradecido a Jones» que siempre ha estado presente en las reuniones en la sala de situaciones. Por su parte, el general James Jones indicó que aceptó el puesto como consejero de Seguridad Nacional por los grandes desafíos a los que se enfrentaba Barack Obama cuando llegó a la Casa Blanca.

De ahora en adelante, el demócrata tendrá que confiar en el segundo de Jones, Tom Donilon, que asumirá su puesto dentro de unos días.