Bogotá

La marca España

La Razón
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En medio del desasosiego general. En medio de la mirada atónita de los ciudadanos que viven pendientes de sus problemas cotidianos afectados por la crisis mientras escuchan a los políticos hablando de historias que ciertamente no ayudan a llegar a final de mes; el fin de semana nos deja dos bocanadas positivas de lo que todavía queda de la marca España más allá de nuestras fronteras, que todavía es mucho, aunque a veces no queramos enterarnos.

Hay quien pueda decir que nos agarramos mucho al deporte para hablar de la marca España, y sin duda es verdad. Pero también sería un error olvidarnos de esos nombres para dejar de hablar de unas victorias deportivas que nos sitúan en el escaparate mundial.

Primer ejemplo de la marca España: la victoria de Rafa Nadal en Córdoba dando a España el punto definitivo en la Copa Davis que nos vuelve a colocar en una final del torneo más importante de selecciones nacionales, con una facilidad que hasta no hace mucho tiempo era absolutamente inalcanzable para nuestro tenis. Nos colocamos ante la quinta Ensaladera, o lo que es lo mismo la sexta final en once años. Son números realmente de ensueño, que nos sitúan en la élite mundial.

Hablamos de tenis, pero este fin de semana hay que hablar también del baloncesto. Impresionante final del Europeo ante Francia; segundo título consecutivo rompiendo también todas las estadísticas conocidas en mucho tiempo. Desde 1997nadie ganaba dos Europeos consecutivos de basket, aquella vez lo hizo la antigua Yugoslavia, ahora lo ha hecho España con una generación de jugadores que va a ser muy difícil repetir en muchos años.

Y esto no es más que lo que nos deja simplemente el fin de semana; por supuesto que no nos podemos olvidar del último Mundial o el último Europeo que nos ha dado la selección nacional de fútbol y que refuerza más todavía la marca España.

¿Es ésta –se preguntarán ustedes– una columna de análisis deportivo? Y yo les respondo, para nada. Pero lo que sí, son unas líneas para hacernos caer en la cuenta de que la marca España es, con crisis o sin ella, muy poderosa. Y que estos triunfos deportivos más allá, del buen sabor de boca, abren el camino a miles de empresarios y de emprendedores que desde Santiago de Chile a Singapur, desde Doha a Hong Kong, desde Vilnius a Bogotá están trabajando con mucho esfuerzo para vender la marca España. La calidad de nuestros vinos, nuevas tecnologías, aceites, hostelería, tratamientos en los cultivos, oferta turística o simplemente imaginación empresarial son algunos de los muchos envites en los que miles de españoles están ahora mismo involucrados en medio mundo. Todos vendiendo la marca España, todos con mucho sacrificio. Por eso, cuando España vuelve a conseguir un triunfo deportivo, es el momento de acordarse de todos aquellos que también hacen de España su referencia trabajando en medio mundo. La marca España es mucho, ahora nos lo tenemos que creer.