Parlamento vasco
La bancarrota de Patxi López
Madrid- El consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, pidió ayuda al líder del PNV, Iñigo Urkullu, para que su partido mantuviera una actitud de colaboración ante la no cómoda situación económica por la que atraviesa el Ejecutivo vasco y le sugirió que relegara para otros tiempos el papel de oposición. La conversación tenía carácter privado y sólo la conocían el lendakari Patxi López y el consejero de Economía, Carlos Aguirre. El dirigente peneuvista, en una reacción responsable, respondió afirmativamente y como si la idea hubiera partido de él mismo, anunció la buena disposición de su formación política para «echar una mano» al Ejecutivo de Vitoria en aquellas cuestiones que le fueran solicitadas. La portavoz del Gobierno, Idoia Mendía, desconocedora del acuerdo verbal entre Ares y Urkullu, al oír la formulación nacionalista, tuvo una reacción muy agresiva para con el presidente peneuvista y le espetó: «Usted nos va a echar una mano al cuello, como siempre»; una actitud que molestó una barbaridad a quien se había comportado de manera generosa. A partir de ahí, han sido continuos los desencuentros verbales con los dirigentes socialistas vascos, así como las críticas hacia la gestión económica del Gobierno socialista por la acumulación de deuda y déficit.
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